
Mayo es el mes eurovisivo por excelencia en los tiempos litúrgicos de la televisión europea. No había mejor momento para estrenar la serie que recrea en Movistar+ la única vez que España se ha colgado al cuello la medalla de oro en ese festival que hoy es para muchos la más importante de las cosas poco importantes. Evocar los acordes de La, la, la puede sonar para los más veteranos a franquismo crepuscular; para los más jóvenes, a batallitas con tinte viejuno. Sin embargo, La canción es una serie fluida, con tintes de intriga liviana y carreras contrarreloj, capaz de despertar interés por la peculiar intrahistoria de un concurso de música ligera cuyo desenlace es sobradamente conocido.
La canción entrelaza imágenes originales en blanco y negro de 1968 con su recreación actual en color para mostrar aquellos tiempos en los que los asistentes a la final, atildados y trajeados, se sentaban tranquilos y circunspectos en sus butacas para seguir las actuaciones. Nada que ver con el jaleo y el ondear de banderas del público eurofán. Voz y orquesta frente a coreografías y juegos de luces. La ficción de Pepe Coira y Fran Araújo, guionistas de Rapa y Hierro, seduce por su rigor histórico y por el filtro de humor sutil que proyecta sobre situaciones y personajes grises de la dictadura. Y luego está Carolina Yuste. Su hipnótica permeabilidad para encarnar a Massiel suena a temporada de premios.