¿Qué hará ahora Teherán?

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

CONTACTO vía Europa Press | EUROPAPRESS

24 jun 2025 . Actualizado a las 07:26 h.

La memoria es frágil. Apenas si recordamos que Irán fue un gran aliado estadounidense en Oriente Próximo. O quizá sería más preciso decir que el Shah Mohamed Reza Pahleví mantenía unas estrechas relaciones con EE.UU. y, aunque ahora nos pueda resultar absolutamente inverosímil, con Israel. No solo la CIA intervino en Irán para impedir que un golpe de Estado, apoyado por los seguidores del nacionalista Mohammed Mossadegh, triunfara en 1953, sino que impulsó muchas de las políticas modernizadoras del shah Mohamed Reza Pahleví hasta que este se vio obligado a huir del país en 1978. Pero, además, y este es quizá el dato más curioso, EE.UU. suministró a través de Israel e Irán ayuda militar a los kurdos de Irak durante la guerra que este grupo étnico mantuvo contra el Gobierno republicano de Bagdad en la década de los sesenta. El objetivo no era lograr que los kurdos obtuvieran una autonomía o, en el caso más optimista, la independencia, sino desestabilizar a los sucesivos ejecutivos iraquíes, impidiendo así que la URSS pudiera controlarlos. La buena sintonía cambió a mediados de los setenta.

El pacto alcanzado entre el shah Mohammed Reza Pahleví y, el entonces vicepresidente de Irak, Sadam Huseín en 1975 interrumpió la colaboración a tres bandas. Poco después, el triunfo de la revolución islámica de 1978 y el acceso al poder del ayatolá Ruhollah Jomeini inició el terrible antagonismo entre estos países, cuyo epítome fue la crisis de los rehenes durante la cual 66 estadounidenses permanecieron secuestrados 444 días.

Desde entonces, la lucha por la influencia geoestratégica, pero sobre todo por el control de los recursos petrolíferos de esta región, alentó la intervención, generalmente militar, de EE.UU. Washington apoyó al régimen de Sadam Huseín cuando Bagdad se vio en serias dificultades para frenar el avance de Teherán durante la guerra de 1980 a 1988. Después, el régimen de Sadam se convirtió también en enemigo de EE.UU. al invadir Kuwait en 1991. Tras más de una década de sanciones sin resultado, la invasión del 2003 puso fin a la dictadura del Baaz en Irak, pero inició el caos sectario que propició la irrupción del terrorismo islamista y una creciente influencia de Irán en Irak a través de su mayoría chií en el Gobierno de Bagdad.

Ahora cuando, pese a las promesas antibelicistas de Trump, EE.UU. ha golpeado directamente a las centrales nucleares iraníes de Fordow, Isfahán y Natanz, nos preguntamos cuál será el siguiente movimiento de Teherán después del ataque a la base de Doha y, para el caso, de Israel. De momento, Netanyahu ha logrado lo que ha sido su objetivo de las últimas tres décadas, eliminar la amenaza nuclear iraní. Veremos si Irán actúa de manera moderada o abre la caja de Pandora, teniendo en cuenta de que no dispone de ningún apoyo en la región y su propia población se debate entre el odio al régimen islámico y la indignación por los ataques de Israel y EE.UU.