
Soy jubilable pero invisible
Soy una mujer venezolana con raíces españolas, tengo casi 66 años y llegué a Galicia en el 2017 con la esperanza de forjar una vida digna. Desde entonces no he dejado de trabajar ni de buscar oportunidades. He sido una mujer activa, comprometida y dispuesta siempre a contribuir con esfuerzo y dignidad a la sociedad que me acogió.
Durante casi tres años trabajé en una tienda local. No era un empleo lujoso, pero me permitía mantenerme, vivir con lo justo y seguir construyendo mi estabilidad. Creí haber encontrado mi lugar. Sin embargo, mi contrato concluyó con la excusa de que el negocio cerraba por no ser rentable. Poco después, comprobé que la tienda siguió y sigue abierta, pero ahora con personal más joven… hombres.
Desde entonces, no he conseguido una nueva oportunidad. En las entrevistas, la respuesta es la misma: «Estás en edad de jubilación». Y sí, tengo edad para jubilarme, pero no derecho. No cuento con los 38 años cotizados que exige el sistema, y por tanto no puedo acceder a una pensión.
Tampoco califico para el ingreso mínimo vital, porque en el 2024 mi hija convivió tres meses conmigo. La risga me es negada por no tener 10 años residiendo en España, y la ayuda para mayores de 52 años también me ha sido rechazada por «ser jubilable». En resumen: no puedo jubilarme, no tengo ayudas sociales y nadie quiere contratarme. Solo he recibido muchos «no»...
Soy una mujer fuerte, preparada, con más de 30 años de experiencia laboral y un currículo amplio. Estoy dispuesta a desempeñar cualquier trabajo dentro de mis posibilidades físicas. No soy selectiva, no busco privilegios, solo oportunidades reales para vivir con dignidad.
Hoy me queda un mes de subsidio por desempleo. Después de eso: ¿qué? ¿Cómo viviré? ¿Qué haré para comer, pagar un alquiler, tener luz, calefacción?
Lo que más me duele no es solo mi situación personal. Lo que me duele es saber que no soy la única. Sé que hay muchas mujeres en Galicia y en toda España que están pasando por lo mismo: atrapadas entre la edad y la falta de derechos. Invisibles.
Por eso alzo mi voz públicamente: ¿Dónde está la inclusión de la que tanto presumen las instituciones y las empresas privadas? ¿Dónde están las políticas públicas para mujeres como yo? ¿Qué se espera que hagamos? No pido caridad. Pido respuestas. MarÍa JesÚs MourÍn Valiña. A Coruña.
Los españoles
En su congreso, un eufórico Feijoo sostuvo que cuando él gobierne «en España mandarán los españoles». Y tan orgulloso de su absurda perogrullada. ¿O tal vez insinúa que en España gobiernan los norteamericanos? ¿O que catalanes y vascos no son españoles?
Es retórica; sé que Feijoo profundiza en la exclusión y el ultranacionalismo porque abraza el discurso más rancio y divisivo del espectro político. Su retórica de «los españoles» es chovinismo y no política inclusiva.
El PP, bajo su mando, ha dado un giro derechista tan abrupto como peligroso. Sin rubor abraza el neofascismo de Vox en lugar de desmarcarse de la derecha extrema. Opta por unirse a ellos en su cruzada contra todo lo que huela a pluralismo y a diversidad. Y, en su afán por ganar apoyos de la derecha más radical, demuestra no importarle fragmentar el país con tal de avivar su ansia de poder. Se cree un cid dispuesto a enterrar cualquier vestigio de progresismo en nombre del anacrónico «nacionalismo español» que no tiene cabida en una sociedad moderna y diversa. Al abrazar los postulados de Vox, Feijoo traiciona a la España plural que somos y contribuye a erosionar la convivencia entre territorios, lenguas y culturas. Si este es el futuro que Feijoo promete, debemos esperar una España rota y dividida. Miguel Fernández Palacios Cordón.
El circo de Pedro
En el número 70 de la calle Ferraz de Madrid han puesto un cartel: «El circo de Pedro».
En ese lugar Pedro Sánchez ha montado su circo con más de cincuenta personas entre mujeres y hombres, todos se han puesto en fila detrás del que manda, ni un paso atrás ni otro adelante. Pedro Sánchez, que es el secretario y el que manda en el circo, lo ha convertido en una copia del presídium soviético de Putin. Todos —menos uno que por su cobardía e hipocresía le ha llamado «facha»— han agachado la cabeza en esa reunión del teórico órgano rector de eso que llamaban partido y que ya está perdido en fase de liquidación por el nuevo jefe de los fontaneros.
Pero los enanos han empezado a crecer en el circo de Pedro y ya no hay manera de que le salga bien ningún número, todos tienen algo en los bolsillos, lo cual todo está fallido, ellas y ellos ya tienen manchadas las herramientas de la fontanería. ¡Patético el circo de Pedro! Ni siquiera los más allegados le aplauden, la carpa corrupta se le ha caído encima y no se puede deshacer de ella porque le pesa mucho, le tiene atrapado hasta en la alcoba.
Aguanta y aguanta con la carpa, le piden sus socios hasta que se termine el contrato no importa de dónde distraigas los gastos, pero aguanta que nos quedamos sin circo…? Máximo de la Peña Bermejo.
Un encontro entrañable
Nacemos, criámonos e medramos xuntos na mesma aldea. O paso dos anos, levarannos por camiños diferentes. Atopámonos hai pouco. Estaba eufórico, viña das oficinas da Seguridade Social onde lle acababan de confirmar que todo estaba en regra para comezar a cobrar a pensión de xubilación.
Faltaba, segundo me contou, que lle chegara a carta oficial por correo ordinario ao seu enderezo, pois cando lle pediron o correo electrónico, díxolles que non tiña teléfono móbil.
Despois de parolar un anaco, marchou.
Tras a conversa, deixoume nun estado de ánimo pracenteiro e alegre, mais entroume unha dúbida que estaba relacionada coa seguinte reflexión: Quen lles dera aos Trump, Vance, Zuckerberg e Musk ser a metade de felices que é o meu entrañable e apreciado amigo Xan. Manuel Piñón Pérez. ferrol.