Callejón sin salida

Ramón Pernas
ramón pernas NORDÉS

OPINIÓN

Pool Moncloa / Fernando Calvo | EUROPAPRESS

12 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegamos al período vacacional abatidos, sorprendidos, cansados y aburridos por el corrupto discurso político que asola la estructura de la gestión pública y contamina la vida cotidiana hiriendo el corazón de la ciudadanía en una reacción bipolar que divide al país.

No hay respuestas convincentes que justifiquen la obstinación del presidente del Gobierno para mantenerse «al pie del cañón» del ejercicio del poder basado en la manipulación, en las opiniones alternativas y en la mentira como análisis político. Falla la gestión, todo funciona moderadamente mal, entre la picaresca y la ineficacia.

España sufrió un apagón eléctrico tercermundista y evitable, nuestro ferrocarril es una suerte del tren de la bruja que funciona aún peor que los convoyes de feria; subir al tren es no saber cuándo vas a llegar a tu destino. Los aeropuertos (sin huelgas de personal) ralentizan las salidas de los vuelos, y esto ocurre en plena campaña turística cuando jaleamos el récord previsto de cien millones de visitantes.

Nuestras carreteras y autovías precisan trece mil millones de euros para su mantenimiento y conservación, mientras crece algo más que un rumor que fija para después de septiembre la implantación de un peaje para todas las vías circulatorias que supondría al Estado unos ingresos de seis mil millones al año. Como ejemplo, un desplazamiento en automóvil de Madrid a A Coruña incrementaría en veinte euros el viaje.

Los recientes escándalos enquistados en el partido del Gobierno son el enésimo ejemplo de corrupción sistémica que los ciudadanos ya no podemos seguir admitiendo, máxime cuando escuchamos al presidente Sánchez decir en sede parlamentaria que son «un partido ejemplar», tras asegurar que pensó seriamente en dimitir. Pero no lo hizo y se erigió en capitán de un barco que tiene múltiples vías de agua.

Estamos en un callejón sin salida que solo podemos franquear con una convocatoria de elecciones que debe ser urgente. Lo contrario es el valleinclanesco, callejón del gato tan bien contado en Luces de bohemia cuando describe los espejos que deforman la realidad y crean, como ahora, el esperpento que mezcla lo trágico con lo grotesco.

El verano ya no cauteriza como antaño las heridas que infligió la política y su ineficiencia. Dentro de nada volverá la reentrée otoñal y si no se remedia con una convocatoria electoral, seguiremos, mal que nos pese, en el callejón sin salida.