Cuando Ricky dejó de ser riquiño

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Ricky Rubio durante su entrevista en «Lo de Évole»
Ricky Rubio durante su entrevista en «Lo de Évole» ATRESMEDIA

13 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Gracias, Ricky Rubio. Iniesta. Morata. Simone Biles. Abrines. Cada vez son más los nombres que deciden salir del hoyo de la depresión en el mundo del deporte. Algunos repiten una frase que suena como un mazazo en los cristales del corazón, pero que lo resume todo: solo quería llegar a casa para tomar las pastillas y dormir. Es así. Quieres borrarte, salir de un mundo que cada vez exige más. Que ahora te empuja además a exhibirlo en las redes. A mentirte con unas imágenes que no suponen nada. Posas en unas fotos de grupo en el que tú eres el de la sonrisa hueca, muerta. Esa mueca helada que apenas te sostiene de pie. Ricky Rubio habló sobre las rutinas, el desprendimiento de rutina que nos clava como un cuadro a la pared pegado. Esa lista de estrellas apagadas del deporte son en realidad los nombres y apellidos de unos seres humanos que se han atrevido a ponerle sonido al grito bestial del cuadro de Munch, ese que parece reflejar la salud mental cuando se quiebra y te rompe.

Necesitamos normalizar el dolor de la ansiedad y de la angustia, entenderlo como se comprende una neuralgia por una muela. ¿Por qué la gente duda de la persona que dice basta, que no puede más, que necesita escapar de una reunión de trabajo? Pasa en la cima del éxito como a Ricky Rubio y sucede a las personas corrientes en un día a día que se va volviendo una mentira gigantesca hasta que ya no puedes más. No eres un cobarde por llorar hasta agotar las lágrimas. Eres muy valiente. Es el primer paso para acudir a un profesional de la salud mental para que te ayude con urgencia. Las cifras de suicidios asustan. Dejemos de banalizar una crisis de pánico. No es nada. Se te va a pasar. Comiste algo que te sentó mal. No. No es cierto. Me está sentando mal la vida. Hace tiempo que no encajo en el mundo. Tengo que afrontarlo. Necesito ayuda. Es así. Lo diga para miles de personas Ricky Rubio o Morata o se lo digas tú a tu mejor amigo o a tu pareja. No se puede andar sobre un suelo movedizo que no te sujeta. Y es imposible correr sobre mentiras como nos exige la sociedad actual. Más rápido. Más rápido. Hazlo mejor y mejor. Mañana ya es tarde cuando saltan las alarmas. Hay terapias. Hay especialistas. Busca ese dique de abrigo. El problema es que en la sanidad pública hacen falta medios, muchos medios, para que no te citen para dentro de unos meses. Unos meses en una cabeza rota pueden ser siglos o simplemente tarde.

Está muy bien que los deportistas den el paso de mostrarse vulnerables. Ayudan a los más jóvenes a atreverse a salir de los filtros en bucle de las redes que nos enredan. La vida real es cruda y a veces te come sin patatas, a lo bestia. Hay un clic horrible que no se le desea a nadie en el que lo más sencillo, levantarte de la cama, se vuelve de pronto una misión imposible. Lo han dicho esos deportistas, actores de nuestra sociedad de éxitos: no se lo deseo a nadie. Esa es otra frase clásica como la de llegar a casa, tomar las pastillas y dormir. Como no te entienden, les dices que no te pase, no se lo deseo a nadie, esta debilidad que me consume hasta querer desaparecer de las sonrisas, de las caricias, de los abrazos, de los besos, del deseo. La salud mental existe y también enferma como la física. Lo siento por los que no lo sabían o no lo quieren saber.