Sacristán, un alcalde vocacional

Carlos Negreira Souto ALCALDE DE A CORUÑA ENTRE EL 2011 Y EL 2015

OPINIÓN

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26 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Me sorprendió en Madrid, y me apenó mucho, la triste noticia de la muerte de Julio Sacristán, una persona noble, cariñosa, cercana y muy entrañable con la que establecí un vínculo muy cercano en la época en la que coincidimos como alcaldes, entre el 2011 y el 2015. Él ya era por aquel entonces todo un veterano.

Se nos ha ido un hombre dialogante y profundamente comprometido con su municipio, Culleredo. Y me deja con una honda tristeza, pero también con gratitud, por su entrega y por la relación de respeto y colaboración que fuimos capaces de construir, pese a militar en partidos diferentes.

Tuve el honor de compartir con él muchas reuniones, conversaciones y, sobre todo, proyectos. Era una época en la que lo de la polarización aún no se había inventado y el diálogo era mucho más fluido. En vez de WhatsApp o Telegram, era mucho más al uso tomar un café o compartir mantel. En aquellos años de dura crisis económica, ante la falta de recursos para cumplir con todos los proyectos que teníamos para mejorar nuestros municipios, optamos por estrechar lazos en temas comunes que llevaban muchos años bloqueados.

Con especial cariño recuerdo el trabajo para poner en marcha la nueva depuradora de Bens, una infraestructura clave para la calidad ambiental de nuestra ría, que simboliza lo que debe ser la política: poner el interés general por encima de las siglas. Aquella obra, compleja y sensible, exigió diálogo, generosidad y visión de futuro. Julio tenía todo eso. Con una inversión de más de cien millones se convirtió en un ejemplo de cooperación supramunicipal de A Coruña con dos alcaldes del PP, Carlos Calvelo, en Arteixo, y Manuel Rivas en Cambre, uno del PSOE, el propio Julio Sacristán, y un independiente, Ángel García Seoane.

El papel de Julio fue importante para desatascar algunas viejas rencillas del pasado. Fue de los primeros que se entusiasmó con la idea de que su Ayuntamiento formase parte del proyecto común que diese servicio a toda la comarca.

La depuradora fue un ejemplo, pero también hablamos mucho del aeropuerto, de la tercera ronda y como no de proyectos sociales que sirvieran a su municipio y al nuestro. Desde la discrepancia partidaria, Julio siempre fue leal. Sacristán era un hombre tranquilo, que hablaba con pausa y escuchaba con atención. No buscaba titulares, sino soluciones. Y eso, en política, hoy en día, es cada vez más escaso y valioso. Descanse en paz.