
Decae el decreto anti-apagones con la ruptura del bloque de la investidura. El Gobierno no ha conseguido cerrar el curso político con un pleno de votaciones ganadas en el Congreso. Junts y BNG se unieron a Podemos para tumbar el decreto anti-apagones. El PP optó por no salir al rescate del Ejecutivo (y tampoco Vox), evitando una abstención en la que confió el Gobierno entre presiones de las eléctricas.
El apagón que dejó sin luz a toda la península ibérica el pasado 28 de abril sigue generando tensión en la percepción ciudadana. Uno de cada cinco españoles culpa directamente al Gobierno de lo sucedido, mientras que Red Eléctrica de España, operadora del sistema, es señalada como culpable por un 20 por ciento de los encuestados.
De las medidas del fallido decreto anti-apagones cabe destacar las rebajas fiscales. Se favorecería la electrificación de la climatización en las comunidades de vecinos y se facilitaría a los ayuntamientos la aplicación de las deducciones del 50 % en el IBI (impuesto de bienes inmuebles) y del 95 % en el ICIO (impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras), tal como ya sucede en el autoconsumo.
También se preveía una exención del 80 % de los peajes eléctricos a la industria electrointensiva, con carácter retroactivo desde el pasado 23 de enero.
Por último, los agregadores, la novedad. Se regularía la figura del agregador independiente que combinaría múltiples consumos y la electricidad generada por consumidores, productores o instalaciones de almacenamiento para su venta o compra en los mercados de electricidad.
El fracaso del decreto motivó las caídas en bolsa de los principales valores eléctricos (Iberdrola, Endesa, Redeia, etcétera). En mi opinión, el fracaso del decreto no repercute en las medidas que son necesarias para evitar nuevos apagones.