Baltar retirará a su hijo del Parlamento gallego para preparar su sucesión en la provincia

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Pretende presentarlo a las municipales por Esgos para que obtenga escaño en la Diputación José Luis Baltar ha cambiado de estrategia respecto al futuro político de su hijo. El presidente provincial del PP intenta asegurarse, ahora más que nunca, el dominio sobre la Diputación a través de su vástago José Manuel Baltar Blanco.

05 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Fracasadas las aspiraciones de colocarlo en primera línea de la política autonómica -Baltar padre ha estado trabajando por situarlo al frente de la consellería de Medio Ambiente- y abortada, al menos aparentemente, la operación sucesoria de su amigo Cuíña en la Xunta, José Luis Baltar ha cambiado de estrategia. Realidad obliga.El dirigente del PP ourensano está perfilando ahora una operación que llevaría a su hijo a crecer políticamente por medios idénticos a los suyos. Esto es, desde la base, como concejal raso de pueblo pero, eso sí, con acta de diputado provincial. Subvenciones Esgos, el pueblo natal del presidente de la institución ourensana, en donde la familia tiene su panteón, y sus amigos, y los vecinos de toda la vida, y los votos, será el lugar elegido. El concello vecino de Nogueira de Ramuín en donde José Luis Baltar ejerció de maestro durante casi dos décadas ha quedado descartado. En cualquier caso, Baltar Blanco no encabezará la candidatura. No se trata de centrarlo en la vida municipal, sino de concederle el acta de diputado provincial y encomendarle la tarea misma que llevó a su padre a hacerse con el control de la provincia durante los mandatos de Victorino Núñez. De esta forma, el presidente de la corporación provincial tendría previsto comenzar una práctica que no ha ejercido hasta el momento: la delegación de las personalísimas competencias en el trato directo con los alcaldes -subvenciones para fiestas, para bandas de gaitas, para puntos de luz, asfaltado de caminos etc.- que le garantizan el granero de votos de la provincia.De hecho, fue precisamente concediendos esas pequeñas subvenciones, entre sonrisa y apretón, y desembolso, como José Luis Baltar se fue haciendo, mientras Victorino se mecía en las alturas, con un hueco en el corazón de los alcaldes de la provincia y, lo que es más importante, con el valor añadido de sus votos que son el pulso mismo de la Diputación.Fue precisamente concediendo esas pequeñas subvenciones a los grupos de gaitas como el entonces alcalde de Nogueira, desapercibido, sonriente, generoso y locuaz, se quedó con la finca que le guardaba a Núñez.Astuto como es, Baltar no ha querido dejar en mano alguna ese feliz trabajo del reparto económico. Astuto como es, Baltar le entregará a su hijo esa encomienda de presevar la finca que él también preservó en un gesto más que ratifica la tesis de que sus rectificaciones políticas son, casi siempre, sus mejores aciertos.