La villa oferta variedad de alternativas para el visitante veraniego
11 ago 2013 . Actualizado a las 07:10 h.Vigilada por el conjunto histórico de la acrópolis de Monterrei, la villa del Támega ha sido y es un referente vitivinícola y gastronómico en toda la comunidad. Puerta de entrada a Galicia, tanto desde Castilla como desde Portugal, Verín no vive su máximo esplendor únicamente durante los días de entroido, sino que también se convierte en protagonista festivo de la provincia en el mes de agosto.
Durante varias semanas, vecinos y visitantes se funden en un solo cuerpo a la hora de recorrer las calles y plazas del centro histórico, del mismo modo que lo hicieron, en su momento histórico correspondiente, ilustres personajes como Felipe el Hermoso o José García Barbón, disfrutando de todas y cada una de las actividades culturales, lúdicas y musicales que se programan en estas jornadas.
La cita más representativa es la Feira do Viño de Monterrei, celebrada en la plaza de la Merced durante este segundo fin de semana de agosto. Una cita que permite exaltar los caldos de esta denominación, la Cenicienta gallega, que en los últimos años se ha convertido en una referencia vitivinícola internacional, obteniendo muchos de los caldos amparados premios en certámenes como Concurso Challenge Internacional du Vin, International Wine and Spirits Competition, Concurso Mundial de Bruxelas o Cata de Viños de Galicia; así como con la inclusión en guías como Peñín y Campsa o la lista The Wine Advocate del crítico norteamericano Robert Parker.
Con todo, esta feria también tiene su vertiente gastronómica, con la oferta de menús especiales en restaurantes de la comarca, en los que los productos de la zona, como cabrito o derivados del cerdo o bacalao, viven su máximo esplendor. Todo ello, sin olvidar hortalizas y frutas del fértil valle o la Torta do Cigarrón, que lleva el nombre del personaje más emblemático del carnaval verinense.
Ocio y patrimonio
La localidad oferta también multitud de actividades para el ocio veraniego que van desde los conciertos y el deporte al apartado cultural. En este último aspecto, el municipio es una interesante alternativa para pasar la jornada recorriendo su rico patrimonio arquitectónico.
Entre los lugares de visita obligada para los amantes de la riqueza patrimonial, es recomendable no olvidar la Casa do Escudo, un pazo del siglo XVIII construido para el asistente del Conde de Monterrey que conserva el escudo de grandes dimensiones en su fachada y en cuyo interior hay salas de exposiciones temporales y se ubica la oficina de información turística y el albergue del camino de peregrinación a Santiago. También la Casa de Acevedo, la construcción en la que tuvo el encuentro el cardenal Cisneros y Felipe el Hermoso; la capilla de San Lázaro, antiguo hospital de peregrinos; el convento de los Padres Mercedarios con su torre barroca, o la iglesia parroquial de Santa María la Mayor. Este templo parroquial, ubicado en la zona histórica y construido a principios del XVII, alberga en su interior el Cristo de las Batallas, cuya autoría se disputan Gregorio Fernández y Martínez Montañés. También puede aprovechar el turista la Ruta do Viño Monterrei, con visita a bodegas como Gargalo, del diseñador Roberto Verino, en la que se muestra todo el proceso de elaboración de los vinos de esta denominación.