Medio centenar de pensionistas renovaron su tarjeta desde que es necesario justificar ingresos inferiores a 11.500 euros para no pagar el servicio
20 jul 2014 . Actualizado a las 07:30 h.El transporte urbano de la capital vive tiempos de cambio. El pasado 1 de julio entró en vigor la nueva modalidad de tarjeta para pensionistas y tercera edad. Con este nuevo sistema, el transporte público será gratuito solo para aquellas personas mayores de 65 años o jubilados que tengan una renta inferior al 150 % del IPREM, es decir, unos ingresos por debajo de los 11.500 euros aproximadamente.
Esta modificación se aprobó por el gobierno local, a raíz de una propuesta del BNG. Con esta decisión se pretende, según la concejala de Medio Ambiente, Susana Bayo, conseguir que se beneficien de las ayudas las personas que tiene más dificultades para llegar a fin de mes, es decir, las rentas más bajas. En total son cinco los requisitos que se exigen para solicitar este bono: certificado asegurando que la renta percibida es inferior al 150 % del IPREM, certificado de empadronamiento con una antigüedad mínima de 6 meses, certificado de jubilado o pensionista, una fotocopia del DNI y una fotografía tamaño carné. Una vez que el ciudadano disponga de toda la documentación, podrá solicitar su tarjeta en cualquiera de las oficinas de Abanca y recogerla en el momento.
Desde que se implantó el nuevo sistema se han solicitado, en la oficina temporal ubicada en el entorno de As Burgas, 68 tarjetas para pensionistas y tercera edad, de las cuales 54 han sido favorables y 12 desfavorables por superar la renta fijada y no estar empadronados con una antigüedad superior a 6 meses.
La medida permite que los que no cumplan los requisitos puedan seguir utilizando la tarjeta hasta que caduque. Su plazo de vigencia es de cinco años desde su expedición. Cuando caduque, tendrán que abonar 0,60 euros por viaje, un precio ligeramente inferior al del billete ordinario que se sitúa en 0,85 euros.
La segunda novedad en el transporte urbano aprobada por el gobierno local ha tenido un mayor impacto. Desde la puesta en marcha de la tarjeta gratuita para desempleados, 2.000 de los 10.000 desempleados de la ciudad la han solicitado. Esto significa que uno de cada cinco parados de la ciudad se benefician de esta iniciativa municipal.
Buena acogida
La concejala socialista destacó que ambas medidas han sido bien acogidas por los ourensanos: «La aceptación es positiva y además agradezco a los ciudadanos la paciencia que tuvieron informándose y preguntando sobre la nueva medida». La nueva normativa supone la tramitación de algún papeleo pero «los ciudadanos lo entienden bien, quizás solo sea un poco complicado para los que ya tiene el servicio gratuito».
El pleno en el que se aprobó la nueva medida, con el apoyo de todos los grupos de la oposición, se celebró en enero, pero no ha sido posible instaurarla hasta ahora por los trámites previos.