La llegada de las fiestas navideñas no ha rebajado la tensión en el PSOE ourensano. Más bien todo lo contrario. El escrito enviado por los cinco concejales díscolos a Ferraz para pedir que les devuelvan la militancia ha desatado de nuevo las hostilidades entre ambos bandos, que se encuentran divididos y sin ningún atisbo de diálogo. Esa escenificación de las diferencias entre los denominados pachistas y paquistas se vivió de nuevo ayer durante la visita a unas obras en la parroquia de Untes. La díscola Susana Bayo y el alcalde Agustín Fernández departieron con los vecinos amigablemente, pero ante los micrófonos mostraron una vez más sus diferencias. Mientras Agustín Fernández se negaba a realizar ninguna valoración sobre ese escrito en el que se advierte de posibles medidas legales en caso de que no le devuelvan la militancia, Susana Bayo era más clara y aseguraba en presencia del regidor: «Na miña vida aplico unha máxima, que é a do sentido común, e o único que pido e que se aplique esa máxima no meu caso e no dos meus compañeiros».
Visita de cortesía
Sobre la visita que el lunes realizó el secretario xeral del PSdeG José Ramón Gómez Besteiro a una ejecutiva local del PSOE, el alcalde de Ourense aseguró que se debió a las recientes primarias y a la intención del líder del PSOE gallego de felicitar a Vázquez Barquero por su victoria. Agustín Fernández aclaró que en el encuentro, que causó malestar entre los paquistas, no se abordó una futura lista de las municipales ni el expediente de los críticos.