Las sorpresas de viajar en tren

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS O BARCO / LA VOZ

OURENSE

Cinco localidades tienen varias conexiones diarias con la capital; con precios y tiempo de viaje diferente, a pesar de que el recorrido no varía

04 ene 2015 . Actualizado a las 05:15 h.

El precio del combustible, los problemas de aparcamiento en algunas zonas de la capital, el coste de la zona azul, los radares? A una persona sola en un coche con destino a Ourense desde cualquier punto provincia el trayecto le puede salir caro, o carísimo. Ah, y hay quien ni conduce ni tiene coche, claro. ¿Hay alternativas? ¿Qué tal el tren? Pues depende. El servicio está limitado prácticamente a cinco estaciones en la provincia (O Barco, A Rúa-Petín, Ribadavia, O Carballiño y A Gudiña), aunque hay otras que funcionan como apeaderos y que tienen al menos un servicio diario, en puntos intermedios entre grandes estaciones, en la provincia o con destino a otras fuera de ella.

Encajar los horarios depende de las posibilidades de cada uno. Los precios ya dependen de Renfe, y suponen importantes variaciones en cuestión de dinero según la hora en la que uno quiere desplazarse. No por el horario, es por el tipo de tren, que si un trenhotel, un media distancia, un alvia? El billete puede presentar precios con importantes diferencias. Y, curiosamente, no tienen que ver con el hecho de que el vehículo ofrezca mejores servicios, ni tampoco en que el viaje sea más rápido. Más bien todo lo contrario, según puede constatar el viajero.

En la línea O Barco-Ourense uno puede disfrutar de un tren nuevo, con enchufes en cada asiento, mesita para poder ir trabajando, y apenas una hora y media de viaje, por 10,25 euros. Y, por el mismo trayecto, a otra hora, pagar 15,40 euros. Lo esperable son asientos más cómodos, mayor rapidez, algo que explique el cambio de precio más allá de que sea un Intercity? Pero no. Supone un tren mucho más viejo, sin enchufes. Y con un viaje de más de dos horas. ¡No intente aplicar la lógica, no funciona!

Ida y vuelta en un día

Precio aparte, Valdeorras es la comarca con más frecuencias disponibles a la capital, un total de nueve en días laborales. Es posible salir de O Barco (las paradas en A Rúa-Petín son apenas diez minutos después) a las 7.27 para estar en Ourense a las 9.34 horas, con todo el día por delante; y regresar a las 19.33 para estar en la estación de salida a las 21.41 horas. Recorrer los 110 kilómetros en dirección a la capital le costará (precios para el miércoles en la web de Renfe, cogidos ayer) 10,30 euros, mientras que la vuelta en el último tren del día supondrá desembolsar hasta 20,85 euros. En otras horas del día, el precio varía entre los 10,25 euros, los 15,40, o incluso los 8,35 euros si se compran los billetes de ida y vuelta juntos (las rebajas afectan únicamente a algunos trenes).

Los vecinos de Ribadavia tienen cuatro frecuencias. La primera, para llegar la capital a las 10.15 horas tras veinte minutos de viaje; y con el pago de 3,20 euros. Se puede llegar también a medianoche, pero entonces el precio por 18 minutos de viaje se dispara hasta los 9,50 euros. El regreso, como muy tarde, a las 17.34 horas, esta vez, por 3,60 euros.

Los de O Carballiño pueden estar a las 8.26 horas en Ourense tras apenas 25 minutos de viaje, pagando 2,80 euros. Con cuatro frecuencias, o lo hacen madrugando mucho o se quedan ya para las cuatro de la tarde a esperar al siguiente tren con destino a la capital. O también a las 18.44 horas. Queda un último tren que llega poco después de medianoche, pero entonces el precio se va a los 9,75 euros. El regreso, a las 13.30 horas, a las 14.36 o a las 21.15 horas. El trenhotel pasa a las cinco de la madrugada.

En A Gudiña (a la espera de que el AVE traiga novedades) paran los trenes cuatro veces al día. Imposible llegar a la capital por la mañana. El primero sale poco después de las cuatro y no llega a Ourense hasta las 17.15 horas. Imposible volver en el mismo día, el primer regreso es a las 12.40 y el último, a las 16.50 horas. Y de nuevo los precios variables, entre los 10,40 y los 17 euros.

Pagar un billete más caro supone, en muchos casos, un coche con menos servicios