A pedaladas

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE

12 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

hora que Perico Delgado y Marta Sánchez saben que Ourense existe solo nos queda contárselo a aquellos que todavía no nos conocen. En eso estamos. Al anuncio y la canción de La Vuelta a España es probable que se le sobren las caras raras de David Amor entre el público y el eco de discoteca (el chunda chunda no pega con nuestro paisajes por mucho que le cuelen una gaita). Pero, qué quieren que les diga, compensa ver lo bonito que es Ourense aunque algunos no lo supieran hasta anteayer. Ni falta que nos hacía, la verdad. Lo que a nosotros nos hace falta es que tengan razón los ourensanos que, según el barómetro que hoy publica La Voz, están seguros de que el hecho de que La Vuelta salga de Ourense y recorra la provincia en varias etapas va a servir para promocionarla y para poner el termalismo sobre el tapete turístico nacional. Para que sirva de algo la inversión, que la hacemos todos, la carrera debe ser de fondo. Las teles de los españolitos van a ser nuestro escaparate pero lo que verdaderamente importa es lo que podemos vender a aquellos que, efectivamente, acaben entrando en nuestra tienda, visitando nuestra provincia.

Es probable que la opinión de esa mayoría de ourensanos sea al mismo tiempo un deseo. Porque tenemos una provincia con decenas de problemas y otros tantos defectos pero también con grandes virtudes y valiosas potencialidades. Y esas son las que nos tienen que sacar del pelotón aunque ahora nos parezca que la cabeza de carrera nos queda muy lejos.

Ojalá La Vuelta -y la canción, el anuncio, Marta Sánchez, las salidas de etapa y los planos de televisión- nos sirva para dejar de chupar rueda.

¿Saben para que son geniales las musiquitas ciclistas patrias? Ese OBK, ese Melendi, esa Nena Daconte. Ese mítico Me estoy volviendo loco de Azul y Negro en los ochenta. Para las clases de spinning. Ojalá no sea el caso de la canción de Marta Sánchez, en lo que a Ourense respecta. Porque sería perpetuar una triste metáfora. Ya saben lo que es el spinning: ese deporte en el que pedaleas, subes pendientes, desciendes cuestas y sudas para, al bajarte de la bici, comprobar que no te has movido del sitio.