A las duras y a las maduras

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez MATICES

OURENSE

14 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya sabíamos por experiencias anteriores que la victoria tiene cien padres y que la derrota es huérfana, pero lo que vemos a diario a nuestro alrededor no deja de recordarnos la validez de este principio. Echemos, si no, un vistazo, a la situación que atraviesa la Cámara de Comercio de Ourense. Con más de un siglo de vida a sus espaldas y la función de dar servicio a las empresas, vivió tiempos de esplendor en los que -al abrigo de las suculentas subvenciones públicas y de las cuotas que religiosamente abonaban las empresas de la provincia- había disputas por presidirla o por formar parte de su órgano de dirección. No solo eso. En aquellos momentos su sede de la Avenida de la Habana era también un centro de reuniones; un lugar de referencia que los colectivos económicos, políticos y sociales escogían como sede para sus eventos.

Eso ocurría hace apenas unos años pero aquellos tiempos parecen ya muy lejanos. Llegó la crisis y para aliviar las dificultades económicas que atravesaban las empresas al Estado se le ocurrió que sería bueno eliminar las cuotas obligatorias. Y ese fue el principio del fin, porque tampoco las administraciones estaban ya boyantes, así que el dinero empezó a escasear. Lo siguiente no sorprendió a nadie. Expedientes de regulación de empleo, presidentes y directivos a la fuga, y olvido empresarial y social. Así somos.

Y ahora nos encontramos en el punto en el que nadie, o casi nadie, se ha interesado por ser vocal del pleno de la entidad de cara a las próximas elecciones, pero la Xunta ya ha advertido que esos puestos se cubrirán por sorteo. Habrá que estar también a las duras, ¿no?