«Quisimos que el Teatro Principal se convirtiera en lo que había sido»

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

La Diputación adquirió este espacio cultural para su restauración hace 36 años. El arquitecto Emiio Fonseca Moretón se encargó del proyecto

11 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Diputación de Ourense adquirió el Teatro Principal hace 36 años en un estado ruinoso, tras haber sucumbido al paso de los años y haberse convertido en una sala de cine. Una sociedad combativa exigió su recuperación para poder convertirlo de nuevo en el espacio de referente teatral que había sido desde sus inicios. Pero no fue fácil. Hubo escollos en el camino, sobre todo presupuestarios, que se unieron a las dificultades técnicas y a una estructura inestable. En 1986 se pudo afianzar la edificación y no fue hasta 1990 cuando se abrieron de nuevo sus puertas.

El arquitecto Emilio Fonseca Moretón estuvo al frente de su restauración, ya que era arquitecto en la Diputación de Ourense en aquellos años. Recuerda las dificultades, pero también la satisfacción por el trabajo pero, sobre todo, que la función para la que fue recuperado, siga viva.

«El proyecto me llega porque era en ese momento el arquitecto de la Diputación. Antes hubo un movimiento ciudadano para salvar al Principal de muchos artistas de Ourense. En ese momento yo todavía estaba en Madrid pero llegué justo cuando se decidió hacer el proyecto», relata. Recuerda que a pesar de la iniciativa, durante muchos años no se invirtió dinero para hacer realidad su recuperación, hasta que la Consellería de Cultura, en ese momento dirigida por Daniel Barata, decide dar un impulso. «El estado del teatro era ruinoso, ya estaba cerrado en aquel momento. La Diputación había hecho pequeños arreglos, pero quien de verdad acometió la obra fue la consellería», relata. Fonseca Moretón explica que a pesar de que se hablaba mucho de su importancia y recuperación nadie hasta la fecha había aportado dinero. «Al principio se arregló un local para la coral De Ruada y poco más», explica. «Daniel Barata, como conselleiro de Cultura, es el que le da el empujón definitivo porque por parte de la Diputación no había financiación», subraya. Así Emilio Fonseca Moretón, junto a técnicos del ente provincial, inician a preparar el proyecto definitivo del teatro.

«Fue un trabajo complicado pero profesionalmente me gustó mucho hacerlo. Yo conocía bastante bien ese espacio. Al principio dejamos lo que había en la cúpula que era Parada Justel y que estaba en muy mal estado. Después hubo informes que dijeron que no era de él y se decidió hacer algo nuevo», explica. Fue él mismo, Fonseca Moretón, quien propuso a Xaime Quessada para aquel reto, el de hacer un mural. «Era ourensano, en ese momento vivía en Ourense y teníamos buena relación. Fue un acierto. Él estuvo encantado», señala. Quessada trabajó muchas noches en aquella obra y Fonseca recuerda: «Su mujer, con la que siempre tuve muy buena relación me decía ’Emilio cuidadme a Jaimiño, cuidadme a Jaimiño’. Para que él pintase con comodidad se instaló una red muy fuerte, nos encargamos nosotros de ver cómo lo hacíamos. Y también pusimos un andamio deslizante, para que trabajase con seguridad». La única guía que le dio Fonseca al artista fue que fuese algo luminoso y se viera una especie de cielo. «Él hizo lo que quiso y muy bien», afirma.

No fue lo primero en lo que actuó en ese espacio. «El Principal prácticamente se deshizo y se rehízo de nuevo». También cuenta que hubo varias cosas que se contaron en su día sobre esas obras que no son ciertas: «Se dijo que se habían destrozado unas columnas importantes y no es cierto. Eran metálicas con adornos de chapa, una cosa de forja, nada importante. Poco menos que se dijo que estaban construidos con paneles de oro», ríe. Planteó un proyecto que define como historicista: «Quisimos que el Teatro Principal se convirtiera en lo que había sido», tomando los modelos que existía, incluso grabados de finales del siglo XIX, aunque la piedras que quedaban en pie daban ya una idea de cómo había sido ideado en sus inicios. «Al final, hicimos un poco de arqueólogos», bromea.

Una de las labores principales fue devolver a este espacio al escenario que había desapareció cuando se convirtió en cine. «Mucho se respetó. Pero muchas de sus partes eran de madera y estaban en muy malas condiciones». La parte más difícil de esta rehabilitación fue, dice, la existencia de un gran charco de agua interior, en la parte del escenario: «Hubo que hacer una cimentación con micropilotes por seguridad. Esa fue nuestra preocupación mayor, pensamos que parte de escenario podría venirse abajo. Estaba cimentado sobre un pantano. Fue la mayor incidencia de la obra, lo demás fue funcionando».

Manuel Fraga, entonces presidente de la Xunta, acudió al acto: «Recuerdo que me dijo ‘Usted va delante de mí. Usted arrase y no se pare con nadie y me va explicando el teatro, tiene un cuarto de hora’... Al acabar le dije ‘don Manuel, aún nos sobró un minuto’».

Ahora, años después, Emilio Fonseca Moretón afirma estar muy satisfecho con el resultado: «Estoy muy satisfecho pues cuando paso por allí veo que hay una cantidad de actividades muy importantes. Hay teatro, a veces cine, conciertos, simposios científicos... Cumple perfectamente su función y para mí y muchos ourensanos es una satisfacción. Es un salón multiusos, van niños, personas mayores...». El Teatro Principal de Ourense fue y volvió a ser referente en la ciudad. Fonseca Moretón acertó.

Fonseca Moretón pensó en Xaime Quessada para decorar la cúpula de la sala principal

Lo más importante fue recuperar el escenario retirado cuando se convirtió en una sala de cine