«En todo Níger hay 15 anestesistas y en el CHUO tenemos 42»

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

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CEDIDA

Ana Pastor, jefa de Neurocirugía en el Hospital Universitario de Ourense, forma a médicos del país centroafricano

15 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En Níger, el corazón del Sahel africano, hay una ourensana con raíces en el continente. Ana Pastor, jefa de Neurocirugía en el Hospital Universitario, forma durante estos días a médicos autóctonos en el centro sanitario de Niamey, capital del país. Ella nació en el Marruecos que estaba bajo el protectorado francés, así que el manejo del idioma fue un plus para embarcarse en esta aventura de semana y media con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), que financió esta misión de siete miembros, compuesta también por personal del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid.

A su llegada, Pastor se encontró con pocos medios, pero también con la ilusión de los nigerinos. «Es un país de 22 millones de habitantes. Y cuentan en total con 15 anestesistas para todo el territorio. Para hacernos a una idea, en el CHUO tenemos hasta 42», compara.

El país, rico en yacimientos de uranio, encontró recientemente en el sur pozos de petróleo. Son los recursos con los que el Gobierno aspira a lanzar una sanidad universal que, hasta ahora, parecía una quimera. «Una habitación en un hospital público cuesta 5 euros al día. En los privados, 20», dice Pastor. Una de las cosas que le sorprendió fue encontrarse a familiares de los hospitalizados durmiendo en los jardines al exterior del Hospital de Niamey.

Durante estos últimos días, su trabajo específico ha pasado por ayudar y formar a los médicos para tratar a pacientes politraumatizados. No es una cuestión menor en un país donde los accidentes de tráfico son un grave problema. «Aquí, los motoristas no llevan casco», cuenta Pastor. Y la inmovilización de afectados por lesiones medulares es una cuestión a tener en cuenta. «Vi que tienen muchas ganas de aprender, en especial sobre el cuidado al paciente. Pero lo que les falta en concreto es tecnología avanzada», detalla.

Médicos de Benín, Mali o Camerún participan en un programa de rotación en el África occidental, al estilo de un Erasmus. Pero lo realmente interesante es el estatus creciente del género femenino. Cuatro de los 16 sanitarios en formación son mujeres. «Aquí están respetadas», explica.

Sigue siendo, sin embargo, un país de contrastes. Las rutas migratorias hacia Europa implican un paso casi obligado por Níger, cruce de caminos hacia Libia o Argelia. Y la presencia de grupos salafistas como Boko Haram en el sur del país ha motivado que los militares en las calles sean una constante. «No se ven mendigos ni tampoco una pobreza extrema. Pero les preocupa el tema de la seguridad y eso implica que nos vengan a buscar al hotel, por ejemplo», comenta.

Mientras, en la sanidad, el peligro es otro. «Aquí existe la figura del brujo, y hay gente que les hace caso», cuenta Pastor. En ese choque entre tradiciones ancestrales y el interés por avanzar, hay un reto por salvar. Pero Pastor tiene claro que repetirá la experiencia: «Le diría a cada médico de un país rico que conozca esto».