¿Buscas lo último? En Ourense ya no hay

C. Andaluz, Ó. Doviso OURENSE

OURENSE

Miguel Villar

En la provincia ya no hay tiendas físicas que se dediquen en exclusiva a vender las novedades discográficas

29 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron poco a poco cerrando ante los ojos de los ourensanos que hoy ya no pueden revolver físicamente entre las últimas novedades musicales y cinéfilas. Quedan reductos, que han tenido que tirar de los clásicos en una industria que ya no les es rentable. Sin franquicias como Fnac o El Corte Inglés, a la provincia solo le queda Internet para hacerse con lo último en música o cine.

Miguel Villar

«En Ourense no se puede vivir solo del disco nuevo»

Se define como coleccionista y comerciante, porque ha convertido su pasión en negocio. El vinilo y la música de los años 60 es la especialidad de Marcos Aparicio Francisco que lleva en el negocio desde el 2010 y abrió tienda física en el 2018. Pet Sounds está en la calle de As Burgas.

-En Ourense no hay ningún lugar físico para comprar disco nuevo. ¿Por qué?

-La venta de disco nuevo es muy complicada porque los márgenes que deja son pequeños y hay que luchar contra los monstruos de los grandes almacenes, Amazon... que los consiguen a precios inferiores. Competir con ellos es imposible. Hoy en día no es rentable una tienda que solo tenga disco nuevo.

-La suya es actualmente, tras el cierre de Peggy Récords, la única de la provincia que vende discos de forma física. Y ha optado por la segunda mano.

-Así nació desde el principio, ya que al ser coleccionista me gustan las primeras ediciones, principalmente de los años 60 y no todos se reeditan.

-Se nota la vuelta del vinilo, del formato, incluso en el disco nuevo ¿No podría ser esto un empuje que le anime a añadir novedades?

-Hace años todo el mundo regalaba un cedé y hoy nadie lo hace. El cedé perdió el valor del objeto y el vinilo lo recuperó. Es verdad que en una época de bajada de música por Internet, el vinilo como objeto es atractivo para el público. Sin embargo sigue sin compensarme. Tendría que vender muchísimos para que fuese rentable. Hace años todo el mundo compraba música, hoy se consume pero no se adquiere. Antes, aunque te dejara un margen del 20 %, como se vendía mucha era rentable. Hoy, en Ourense no se puede vivir solo del disco nuevo.

-¿Ese riesgo de desaparecer no lo es tanto si se habla de una tienda de disco antiguo?

-Observo, como coleccionista, que las tiendas de libro viejo y discos de segunda mano es difícil que se pierdan. A la gente le sigue gustando ir a las tiendas físicas a buscar cosas, manosear discos y libros, aunque ahora con la pandemia se imponga la compra online. Son artículos que en sitios físicos sí tienen acogida. Porque en este caso la compra online puede llevar a engaños, pero aquí tienes la seguridad que llevas lo que estas viendo. Sin embargo si compras un disco nuevo en Amazon no tienes qué mirar.

-Como amante de la música ¿Qué opina de que en Ourense no haya forma de comprar físicamente un álbum nuevo?

-Pues me da mucha pena. Cuando cerró Peggy Récords me pareció algo muy triste. Me gustaría que Ourense pudiera tener una tienda que se dedicase a eso, pero es un negocio no una oenegé y hoy no sería viable. No se trata de tener o no competencia.

-Si se lo pide un cliente, ¿pediría un álbum nuevo?

-Lo haría, pero como algo anecdótico. Ese no es parte de mi negocio y no tendría sentido desde el punto de vista comercial.

Santi M. Amil

«¿Adquirir novedades? Si entran 4 o 5 clientes»

El 7 de julio de 1987 abrió sus puertas Vitels y hoy sobrevive a una sociedad de lo «inmediato». Comenzó como un comercio de electrodomésticos de gama marrón y el nombre fue el resultado de juntar Vídeo, Televisión y Sonido. Y hoy es el único videoclub de Ourense y al frente está Maria del Carmen Fernández.

-¿Cuántos videoclubes llegó a haber en Ourense ciudad?

-El pico más alto fue en 1992, que llegamos a ser 37 videoclubes... de los que tan solo ha sobrevivido el mío y a duras penas... quien lo hubiera imaginado, ¿verdad?

-En todo este tiempo ha visto crecer a muchos jóvenes clientes que consumían casi a diario películas y que, con el paso del tiempo, han dejado de venir, ¿cómo le hace sentir eso?

-Cómo me va ha hacer sentir... pues mal (se ríe). Aún hoy es ver entrar a uno de esos clientes que he visto crecer y que viene acompañado por sus hijos y me emociona ver que ese niño que creció viendo películas de mi videoclub, le está enseñando algo que para él fue importante, y ahora lo hace con su propio hijo... Recuerdo una de las últimas niñas que entró por esa puerta, fue increíble ver su cara de asombro y fascinación, les preguntaba a sus padres que qué lugar era este donde había tantas películas de dibujos... porque los pequeños de hoy ya no tendrán ocasión de descubrir estos lugares, porque dejarán de existir, y con ello, un pequeño acto cultural cotidiano.

-¿Es usted consciente de que tiene el último videoclub de la ciudad?

-Totalmente. Ahora mismo, ¿adquirir un par de novedades? Si por la puerta no entran más que 4 o 5 clientes, entonces ¿para qué seguir invirtiendo? Pero al igual que hablamos de videoclubes, podríamos estar hablando de un montón de comercios, que poco a poco van desapareciendo, es una pena...

-Actualmente utilizamos las plataformas para poder ver las películas que nos gustan, pero cuando desaparezcan de los catálogos, será imposible tener acceso a ellas porque no estarán en formato físico, ¿qué les diría a los que confían en que siempre podrán volver a ver esas películas?

-Que se darán cuenta de que no podrán hacerlo, y que si no existen los videoclubes es porque ellos lo han querido así. No nos damos cuenta de que acabaremos viendo y leyendo lo que otros quieren que veamos y leamos.

-Hace poco Disney anunció que sus taquillazos «Mulan» o «Soul» se estrenan directamente en su plataforma, sin pasar por los cines, así que intuimos que casi la totalidad de las salas serán las próximas en caer...

-Madre mía, cuantos empleos, qué barbaridad. Esto no se debería permitir, porque si no conservamos nuestros lugares comunes de cultura y ocio, acabaremos aislados. La cultura no le importa a nadie, al mundo no le importa la pintura, la literatura, el cine... es una lástima.

-Su mayor ilusión...

-Buff... pues volver a vivir los años ochenta y noventa, porque creo que todo va tan rápido que el día que despertemos, nos vamos a llevar un golpe muy grande.