El montañero Cholo Fernández mantiene una tradición que comenzó hace 18 años en Pena Trevinca
29 nov 2022 . Actualizado a las 15:15 h.No hay miles de millones de luces led, ni falta que le hace. En Pena Trevinca, el pico más alto de Galicia, también está instalada ya la decoración navideña. En este caso, el ornamento es más sencillo. Y nada contaminante. No podía ser de otra manera siendo una iniciativa de Cholo Fernández, concienciado ecologista y experimentado montañero que vive en Vilanova, el punto habitado más alto del ayuntamiento de A Veiga. Desde la casa de turismo rural O Triskel sale cada año desde hace 18 para instalar un belén a 2.127 metros sobre el nivel del mar. No hay otro más alto en toda Galicia. Comenzó siendo algo que hacía en solitario. Varias horas de recorrido para llegar a la cima, colocar el decorado navideño bien resguardado en su cajita con puerta de cristal y descenso. Después, durante un tiempo, fue una iniciativa impulsada en colaboración con el Concello veigués y desde la puesta en marcha del club de montañismo Montañas de Trevinca, del que es presidente, es una actividad más. Cholo ya no sube solo. El sábado eran un grupo de 14 personas, gente de A Veiga pero también de A Coruña, Santiago y Vigo que quisieron disfrutar del ascenso más navideño hasta la cima de Galicia.
«Había nevado mucho, pero llovió y se la llevó casi toda la nieve, quedaban apenas unos neveiros», relata Fernández. Cuenta que fueron casi ocho horas de travesía por la montaña. «Había gente desde veintitantos hasta setenta y tantos», cuenta. Él mismo tiene 78 años. «Vino también una mujer de mi edad, una experimentada montañera. Es una alegría encontrar gente así», resume.
Cholo dice que colocar el belén es algo sentimental que tiene también una parte de simbolismo. «Busca ser un aviso de que la montaña pide ayuda, reclamando a los políticos que la salven del destrozo que supone la pérdida de la biodiversidad provocada por las instalaciones eólicas o de otro tipo, que pueden estar bien en otros lugares, pero no en Trevinca», remarca. Al veterano montañero le gusta compartir una actividad que para él tiene un alto contenido emocional con otra gente. Pero únicamente en la subida. En enero o febrero, cuando la nieve lo permita, volverá a coronar el pico más alto para recoger su belén y guardarlo hasta las próximas Navidades. Ese día irá solo. «Es un compromiso a nivel emocional», explica.