El 31 % de las declaraciones de la renta en Ourense llevan la equis para la Iglesia

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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Imagen de archivo de voluntarios preparando en la parroquia de Santiago de As Caldas la entrega de alimentos a familias con pocos recursos
Imagen de archivo de voluntarios preparando en la parroquia de Santiago de As Caldas la entrega de alimentos a familias con pocos recursos Santi M. Amil

«Hay no practicantes o incluso no católicos que marcan la casilla porque valoran la labor», señala Raúl Alfonso, vicario de Patrimonio

18 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos en plena campaña de la declaración de la renta y es el momento de ajustar cuentas con Hacienda. Saber si nos devolverán o tendremos que pagar, dependiendo de si nos han retenido de más o de menos durante el año, es la principal preocupación. Pero este es también un momento en el que los ciudadanos tenemos la capacidad de decidir a qué queremos destinar una pequeña parte de lo que hemos aportado al Estado por ese impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Se trata del famoso 0,7 %, que en realidad puede ser el 1,4 % si en lugar de colocar una equis en la casilla 106 marcamos dos: en la de actividades de interés social y en la de la Iglesia, ya que no son excluyentes.

El 30,94 % de las declaraciones de la renta que presentaron los ourensanos en el pasado ejercicio fijaban esa aportación para el sostenimiento de la Iglesia. Fueron 46.960 contribuyentes los que optaron por fijar ese destino, 144 más que el año anterior, aunque en términos porcentuales hubo un pequeño descenso porque en la campaña precedente esa equis aparecía marcada en el 31,22 % de las declaraciones presentadas.

«Es un descenso muy pequeño», valora Raúl Alfonso González, el vicario episcopal para el Patrimonio y el sostenimiento de la Iglesia en la Diócesis de Ourense. «No podemos quejarnos, en porcentaje estamos en la media nacional e incluso por encima del porcentaje de asignantes gallegos», matiza.

El importe de lo destinado en esas declaraciones de los ourensanos el pasado año a la Iglesia sumó 1.225.479 euros. Una cifra que queda muy por debajo de lo que en realidad llegó a la Diócesis de Ourense por este concepto. En concreto recibió algo más de 4,5 millones de euros.

La explicación a esta diferencia está en el sistema de reparto. La Iglesia Católica española concentra todo lo que recibe por las declaraciones que presentan esa equis a su favor en lo que se denomina Fondo Común Diocesano. Con el montante total realiza luego un reparto solidario, en base a una serie de criterios que intentan compensar los desequilibrios entre ingresos y necesidades de cada territorio. La cifra de sacerdotes con dedicación, los kilómetros cuadrados, el número de parroquias a atender o la dispersión poblacional son algunos de los parámetros que se tienen en cuenta.

Un sistema que permite subsistir a diócesis como la ourensana, en la que no solo los ingresos de sus feligreses cotizantes son bajos, sino que hay menos población y una importante cantidad de vecinos están exentos de hacer la declaración porque son mayores con pensiones muy bajas.

«En realidad nosotros estamos viviendo gracias a la solidaridad de otras diócesis de España», reconoce Raúl Alfonso González que, no obstante valora positivamente lo que implica de adhesión a la Iglesia ese 30,94 % de contribuyentes ourensanos que marcan la casilla. «Para nosotros esto también es una especie de refrendo sobre el apoyo ciudadano a nuestra labor, y teniendo en cuenta que hay muchos contribuyentes que no tienen opción a expresar ese apoyo porque ya no hacen la declaración, ese porcentaje es para estar agradecidos; aunque no lleguemos a cifras como, por ejemplo, en Castilla La Mancha, donde están en el 50 %».

Esos 4,5 millones destinados a Ourense por el fondo común permite cubrir casi el 40 % del presupuesto anual de la diócesis ourensana. Por tanto, de ese dinero depende en buena medida el sostenimiento de los gastos del culto en los templos, del clero y las nóminas de los laicos que trabajan contratados para la diócesis, así como otros gastos vinculados a la actividad pastoral. Pero además esa asignación tributaria también es esencial para mantener la actividad asistencial, tanto a través Cáritas Diocesana, como de las Cáritas parroquiales y de otras obras de caridad.

«Hay mucha gente que ya no es que no sea practicante, es que ni siquiera es católica, pero marcan la equis porque valoran la actividad social y asistencial de la Iglesia, que no es solo en bienes materiales, como el reparto de alimentos y otras ayudas, sino en otras labores como el acompañamiento a personas, especialmente a ancianos o enfermos, pero también a la infancia y la juventud», matiza Raúl Alfonso.

Raúl Alfonso recuerda que Ourense necesita de la solidaridad de otras diócesis españolas para subsistir
Raúl Alfonso recuerda que Ourense necesita de la solidaridad de otras diócesis españolas para subsistir Santi M. Amil

«Solo el mes pasado gastamos 4.000 euros en la compra para Cáritas de A Carballeira»

En los últimos años el dinero que las parroquias destinan al capítulo asistencial no ha parado de crecer. «En A Carballeira y A Valenzá tenemos cada semana entres entre seis y ocho expedientes nuevos. Solo en esa Cáritas parroquial asistimos a 130 familias, a las que procuramos darles al menos una entrega de alimentos al mes. El mes pasado hicimos una compra de 4.000 euros», relata Raúl Alfonso que, además de ser vicario de Patrimonio es cura en esta parroquia ourensana. Las Cáritas parroquiales reciben productos del reparto de los fondos europeos que llegan a los Bancos de Alimentos y también se sustentan de las cuestaciones en los templos. Pero ambas entradas de recursos no son suficiente, por eso se destina dinero del presupuesto a financiar su labor. Cabe aclarar que, además de estas organizaciones caritativas locales, la Iglesia ourensana destina también una partida a Cáritas Diocesana. Esta organización no gubernamental cuenta con su propio presupuesto y la Diócesis es uno de sus financiadores, pero también opta, como otras entidades sociales, al reparto de la otra equis de la declaración de la renta. «Nosotros siempre animamos a que se marquen las dos cruces, porque tanto esta como otras entidades sociales hacen una labor imprescindible y esas dos equis en la casilla 106 no son excluyentes. Al contribuyente no le afecta en el resultado de su declaración. Ni va a pagar más, ni le van a devolver menos ponga dos, una o ninguna. Simplemente, si opta por marcar las dos opciones, en lugar de decidir sobre el destino del 0,7, de los impuestos que ha pagado, lo hace sobre el 1,4 %», recuerda el vicario Raúl Alfonso.