Fernando Loureiro, trasplantado de riñón: «Lo que hizo mi mujer por mí, lo que hace cualquier donante, es impagable»

OURENSE

El ourensano recibió un órgano de su pareja, lo que le evitó entrar en diálisis
08 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.«Me cambió la vida». El ourensano Fernando Loureiro resume así lo que significa tener un riñón sano. Habla con los sentimientos a flor de piel, porque el trasplante es reciente. Entró en el quirófano el pasado 10 de enero y después de veinte días ingresado en el Chuac (en Galicia, este tipo de cirugías solo se hacen en los hospitales de Santiago y A Coruña) pudo volver a casa. Pudieron regresar. Porque Fernando se trasladó a la ciudad herculina con su mujer, Angelines Quintela, que no iba como acompañante, sino como donante. El riñón que le cambió la vida a Fernando es de Angelines.
Todo comenzó en el 2019. En octubre de aquel año a Fernando le diagnosticaron enfermedad renal crónica avanzada. Su diabetes se había complicado por un problema con la tensión y los riñones quedaron seriamente dañados. Los médicos le dejaron claro que acabarían fallando, que el plazo de tiempo dependería de cómo se cuidase (fundamentalmente en lo que respecta a la alimentación). Angelines enseguida propuso hacerse las pruebas para ver si eran compatibles. Al tener el sí, la pareja quedó más tranquila.
A finales de año, las pruebas señalaron que había llegado el momento de entrar en quirófano. Seis meses después de la cirugía, todo va perfecto. «Puedo comer de todo y caminar lo que quiera. Después de cuatro años puedo comer un plátano. O patatas. Y si quisiera incluso podría tomar algo con un poco de sal», destaca. No lo hace, asegura, porque quiere mimar todo lo que pueda el órgano que le donó Angelines. «Quiero cuidarlo mucho porque el riñón es un regalo», señala. Toda precaución es poca para evitar un posible rechazo y acabar en diálisis. «Si me sé cuidar, tengo otros 15 o 20 años de vida, o incluso más. Un órgano es un gran regalo, no es para andar jugando».
Sobre la situación de su mujer, Fernando cuenta que Angelines tuvo el alta hospitalaria a los diez días de la operación. Y ya ha vuelto al trabajo. «Lo único que si antes caminaba digamos dos mil metros sin cansarse, ahora se cansa a los 1.800, pero nada más», destaca.

«Es un gesto de amor inmenso. Lo que hizo mi mujer por mí y lo que hace cualquier donante es impagable», remarca. En su caso, asegura que la cirugía les ha unido todavía más. Eso sí, el proceso no fue fácil. Fernando precisó apoyo psicológico, y lo encontró en Alcer, la asociación para la lucha contra las enfermedades del riñón. Allí también le asesoraron con los temas de nutrición. «En el Sergas no te dan nada de eso. Todo lo que va más allá de la parte médica lo encontré en Alcer», relata Fernando agradecido. Por eso no duda en colaborar con la asociación cada vez que puede y ayer estuvo en la mesa informativa instalada en Ourense con motivo del Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos.
En el 2022, cuarenta y dos personas recibieron un órgano de once donantes ourensanos
El año pasado, once personas que fallecieron en el área sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras donaron sus órganos. Fue una decisión que contó con el aval de las familias, porque aunque no es vinculante, desde el Sergas se respeta su decisión. En otras diez ocasiones en las que era posible darle una segunda vida a los órganos de alguien que acababa de morir, los familiares rechazaron esa posibilidad. Los once donantes registrados en la provincia posibilitaron que 42 personas pudieran recibir un órgano.
De cada uno de los casos de donación se encargó la unidad de coordinación de trasplantes del CHUO. En el Hospital de Ourense se hace la extracción de órganos, que después se trasladan a los hospitales de A Coruña (Chuac) o Santiago de Compostela (CHUS) para ser trasplantados en los pacientes receptores.
En los últimos años está subiendo la cifra de donantes de órganos en la provincia. En el 2018 se registraron tres, dos en el 2019, siete en el 2020 y once en el 2021 y en el 2022. Es el mejor de toda la década, acercándose a la media gallega, que es de 47,6 donantes por millón de habitantes, que a su vez supera la española, situada en 46,3. Y sitúa al CHUO como cuarto hospital de Galicia, por detrás de Santiago, A Coruña y Vigo. En lo que va de año, seis ourensanos han donado sus órganos.
No hay una edad límite para ser donante. Para mantener la viabilidad de los órganos, desde el año pasado en Ourense es mayoritaria la donación en asistolia (que se produce tras la muerte circulatoria y que consiste en la utilización de órganos provenientes de pacientes con daño cerebral catastrófico, enfermedades neurodegenerativas, cardíacas o respiratorias en fase terminal).

De dirigir el proceso se encarga Jesús Priego, del servicio de Medicina Intensiva, que trabaja en estrecha colaboración con otros departamentos del hospital. Él es el encargado de coordinar el engranaje para que la donación sea un éxito y que los órganos puedan ser trasplantados en los hospitales acreditados. «Non é fácil no medio da dor dunha familia apelar á solidariedade, nin para unha familia inmersa na dor aceptar este reto solidario e altruísta, pero xuntos é posible manter a cadea de solidariedade que converte ao sistema español nun referente mundial», explican desde la unidad.
Por otro lado, la donación de órganos y tejidos hizo posible que el servicio de Oftalmoloxía de Ourense realizara treinta y seis trasplantes de córnea. Se trata de una operación que permite recuperar la visión hasta en un 80 %. Este tipo de operaciones se realizan íntegramente en el hospital de la ciudad de As Burgas, como los de membrana amniótica, tejido osteo-tendinoso y hematopoiético. Fueron un total de 93 trasplantes, tanto en el área sanitaria como en otras. El de Ourense es el segundo hospital de Galicia que más donantes exclusivamente de córneas aportó al banco de tejidos autonómico.