El Arenteiro sale impetuoso y se impone con autoridad en Segovia (1-2)

Después de una primera vuelta con destellos brillantes, el Club Deportivo Arenteiro se empodera aún más con una victoria en el hogar de la Gimnástica Segoviana, invicta hasta la fecha como local y superada en buena parte de la contienda: 1-2.

Salió con la lección aprendida el conjunto gobernado por Raúl Jardiel. Intenso en la presión y sin demora en llegar a los dominios de Carmona, por medio de un Adrián Cruz que se estrenaba este curso como titular y no embocó por centímetros la primera intentona forastera. Prolongó esa andanada el plantel carballiñés, que agobiaba a los castellanos en su salida. Ni diez minutos habían transcurrido y, tras forzar un saque de esquina, que cabeceó poderoso el central Mangel, obligando al arquero local a desviar como pudo.

En ese diseño de partido, el once verde lograba desactivar a su anfitrión. Imponía el ritmo en la parcela ancha y llevaba el juego a las posiciones en las que era más peligroso para los hombres de Ransés Gil. Aún así, llegó la primera intervención de Diego García, para desviar un remate de Berlanga. Ahí demostraron los carballiñeses lo mejor de su repertorio en la transición, con toques precisos de Enol y Baselga, quien cedió al rectángulo chico para que Pascu pusiera a prueba a Carmona, cuyo rechace lo cazó Diego Gómez para el 0-1. Un visto y no visto para una acción que superó con creces el carrera hacia atrás de los de casa.

Había transcurrido poco más de un cuarto de hora y el tanto visitante enrabietó a una Gimnástica que se fue a la respuesta rápida. Entró Tellechea por el carril izquierdo y el remate de Fer Llorente lo desvió Mangel a córner. Fue en realidad un espejismo, porque a los de La Albuera les costaba mucho crear opciones de gol reales y el cronómetro avanzaba a favor de los visitantes, que incluso pudieron hurgar un poco más en la herida al rebasar la media hora, cuando Diego Gómez —el de Amoeiro— fue derribado en el área y el andaluz Camacho Garrote señaló la pena máxima. El extremo cedido por el Dépor se quedó el balón y golpeó fuerte por el centro, pero el disparo se le fue alto. En todo caso, no se descentró su equipo y mantuvo el control, ante un adversario que solo amagó con libre directo de Fer Llorente, que se le escapó rozando la madera.

El segundo acto de la función arrancó con el debut liguero de Manu Figueroa. El meta de veinte años sustituía al capitán Diego García, que ya había salido cojeando. Y los carballiñeses reivindicaron de inmediata su pegada. Arrancó Pascu por el pasillo central y entregó perfecta para Marcos Baselga. El maño la recibió y culminó con un remate perfecto, para dedicarle a sus compañeros otro de sus habituales saludos militares. 0-2 y pista lisa hacia el triunfo.

Gil no tardó en agitar el árbol y buscar una formación más osada en ataque. Un libre directo de Berlanga probó a Manu, que poco a poco se mostraba más seguros en los balones laterales en que reincidían los de azul y grana. En los de fuera seguía brillando Diego Gómez, al que solo frenó Carmona en el uno a uno de una contra perfecta, antes de que el atacante volviera a gustarse con una semivolea que se le fue rozando el palo.

Parecía más cerca el tanto ourensano y la expulsión del local Rodrigo Sanz parecía el último clavo para la Gimnástica, pero Fer Llorente recogió un balón en el área y lo chutó con el alma al fondo de la red. Quedaban tres minutos más y otros cuatro de incertidumbre. El Arenteiro no tembló y regresó a la zona de promoción de ascenso. Otro trabajo bien hecho lejos de casa.

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