
No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante, o eso dicen. La sonrisa en la cara de los jugadores del Club Ourense Baloncesto al terminar el encuentro en El Plantío contra el Tizona es el reflejo del alivio que se siente al poner fin a una mala racha que fue tan larga como objetivamente justificada.
Alivio para todos porque el COB de este fin de semana en Burgos se pareció, o al menos lo intentó, al de las primeras 15 jornadas, las de la ilusión y las mariposas en el estómago.
Unas mariposas que eran ya más un dolor de barriga y que presionaban a un equipo demasiado empecinado en jugar a un baloncesto que no era el suyo, quizá por una presunción de favorito o por los infinitos cambios en forma de refuerzos que están llegando a esta Primera Federación no apta para cardíacos.
Como bien sabe todo el mundo, en muchas situaciones no importan tanto las formas como los resultados, pero los mejores minutos de los de Diego Gómez de los últimos dos meses (no era muy complicado siendo honestos) llegaron contra un rival correoso que pareció entender la ansiedad ourensana en la segunda mitad, al punto que todos pensamos en un nuevo traspiés de este equipo. Un tropezón, que también tendría su motivación en una absoluta falta de criterio arbitral constante, que enmaraña a los jugadores, los desquicia y sí, también les impide ofrecer un espectáculo del nivel de la competición, es una pena. Menos defensa tiene ser descalificado cuando el equipo más lo necesita, pero «el que esté libre de pecado que lance la primera piedra» y creo que voy a seguir con las manos en los bolsillos.
En medio de esta concatenación topicazos, apareció Moody. Canastas de todos los colores, un paso adelante en defensa y el triple, probablemente el mejor de la temporada, para devolver la alegría a una afición que ya vive con el miedo constante de revivir un descalzaperros deportivo.
Podría parecer que es solo una victoria, un numerito más en un casillero de una Primera FEB que ya empieza a pensar en los play off, pero no es así. El COB, con ese 83-84, vuelve a meterse en la lucha por el ascenso, aunque hará falta bastante más de lo que se vio en Burgos para hacerlo real.