Terapia termal de Ourense para superar el horror de la dana: «Le cogí miedo al agua y mi vida quedó paralizada, está siendo un renacer»

OURENSE
El Balneario de Arnoia acoge a 50 valencianos de Massanassa y ofrece atención psicológica a través de un programa financiado por la Diputación
13 mar 2025 . Actualizado a las 10:34 h.Casi cinco meses después de vivir el horror de la dana, cincuenta vecinos de Valencia pueden olvidar por unos días la catástrofe que todavía les rodea. Lo están haciendo en Ourense, aprovechando esta vez todos los beneficios del agua. La Diputación puso en marcha esta semana el Programa Respiro Termal, con el que costea la estancia de una semana en el Balneario da Arnoia de un grupo de habitantes de Massanassa. «O obxectivo é paliar os efectos psicolóxicos que causou a dana», explicó el presidente del organismo provincial, Luis Menor, que visitó este miércoles a los usuarios. Al mismo tiempo, se visibiliza la riqueza de uno de los mayores recursos de la provincia: el termalismo.
Desde el primer momento que la dana azotó Valencia, la Diputación de Ourense colaboró poniendo a disposición medios de emergencia. «Despois pensamos nas persoas, en como axudar a afrontar os efectos e as consecuencias que aínda continúan», explicó Menor. El presidente provincial anunció el programa en el Fitur, comprometiéndose a ponerlo en marcha en el primer trimestre del 2025. Esta semana, cincuenta vecinos de una de las zonas cero de la riada, el municipio de Massanassa, llegaron al Balneario de Arnoia. La idea de la iniciativa fue poder ayudar a los afectados con los medios más auténticos y diferenciales de la provincia: «Non temos grandísimos recursos, pero si termalismo, que é unha das nosas principais riquezas».
El programa se centró en un solo municipio para que pudieran participar personas que se conocieran entre sí. El elegido fue Massanassa por ser uno de los más afectados, muy pequeño pero muy poblado, y por la receptividad que mostró su gobierno local. Además, forma parte, igual que Ourense, de la red española de municipios saludables y villas termales. Los 50 vecinos son personas mayores y se hospedarán en A Arnoia hasta el día 16 completamente gratis. Tienen régimen de pensión completa, todo tipo de servicios y hasta atención médica. Los usuarios cuentan, por supuesto, con acceso a las instalaciones termales del balneario y con oferta de actividades de salud o deporte. Además, realizan sesiones con dos psicólogos de Cruz Roja. El programa planea también realizar excursiones por la zona o la capital. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) está pendiente del resultado de la iniciativa para que se pueda extender a otras provincias. «No puede haber escaparate máis solidario», defendió Menor.
Amparo Romeu, valenciana afectada: «Le cogí miedo al agua y mi vida quedó paralizada pero aquí fue un renacer»
Los cincuenta usuarios del programa realizan actividades todas las mañanas. Algunos bailaban este miércoles guiados por una monitora, otros disfrutaban de la piscina termal y un tercer grupo se podía desahogar con un equipo de psicólogos especialistas en emergencias. «Gracias y gracias, nos hacía mucha falta», repetían en cada sala. Esta rutina de ocio es algo que habían olvidado desde el 29 de octubre del año pasado.

Amparo Romeu, vecina de Massanassa, es la primera vez que sale de Valencia desde que vio cómo la riada se llevaba por delante a su pueblo. Cuando el alcalde le propuso participar en el programa, en un primer momento se negó: «Desde el día de la dana mi vida estaba paralizada, no queríamos abandonar la casa que habíamos perdido». Sin embargo, la insistencia de sus hijos hizo que, por suerte, se animara. «Le cogí miedo al agua, pero aquí está siendo un renacer», confiesa. Amparo solía ir a nadar dos veces por semana, pero el trauma de aquella riada le metió el pánico en el cuerpo. Ahora ha vuelto a tirarse a la piscina del balneario. Esta valenciana, que vivía en un piso a pie de calle, perdió todas sus pertenencias, su ropa, muebles y sus dos coches. A día de hoy, su casa sigue completamente vacía y con las paredes picadas, a la espera de que se vaya la humedad. «Los militares sacaron de mi casa 200 capazos de barro», recuerda. Pero más allá de lo material, lo que les sigue emocionado son las pérdidas humanas. «Murieron 12 vecinos del pueblo, eso es lo peor», apunta Josep Nácher, otro de los participantes.
El propio día de la catástrofe fue traumático, pero el dolor de las consecuencias lo iguala. «No sabes lo bien que te sientes cuando te hacen caso», asegura Amparo. Ya no hay barro en Massanassa pero los vecinos relatan que es como si hubiera retrocedido 70 años en cuanto a los daños en las infraestructuras o los servicios. Por eso agradecen que se siga hablando de lo sucedido y ayudando a los afectados. El programa termal en Ourense era lo último que se esperaban: «Fue una sorpresa total, estamos muy agradecidos de poder desconectar, no sabes lo bien que nos están tratando». Amparo tiene la misma sensación que la vivida al ver como cientos de personas se trasladaban hasta Valencia para ayudar. «No tendría suficiente tiempo de vida para agradecer que pasaran por mi casa a ayudar cuando estaba todo destruido», asegura. La estancia en A Arnoia está siendo una terapia física para el cansancio de cinco meses de limpieza y lucha de los mayores de Valencia. Pero sobre todo quiere ser una ayuda psicológica para evadirse de la nueva realidad a la que se siguen acostumbrando.