
Medio centenar pasaron por campos de concentración y 25 sobrevivieron
13 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Casi medio centenar de ourensanos pasaron por los campos de concentración nazis del Tercer Reich. De los diez mil españoles que estuvieron recluidos en Mauthausen y otros campos de la Alemania nazi, unos 200 eran gallegos, según el trabajo de investigación de Alba Garrido Fernández, De Galicia a Mauthausen. El 5 de mayo se cumplirán 80 años de la liberación, por el ejército de Estados Unidos, de ese campo de concentración.
El historiador ourensano Carlos Lozano indagó en el origen y trayectoria de los naturales de la provincia gallega de interior: «As cifras varían. Poden ser 47, sen ben de tres deles non se sabe o concello de orixe. A constante busca por parte de distintos colectivos fai que se vaian ampliando». El Boletín Oficial del Estado publicó, en el 2019, un listado de los españoles fallecidos en los campos de Mauthausen y Gusen, con veinte personas de origen ourensano. Carlos Lozano eleva el número a 25 y todavía con datos provisionales.
Según este historiador, los deportados gallegos eran en su mayoría «empregados da clase traballadora, labregos, estibadores, obreiros, e non procedían de núcleos urbanos». Se encontraban ya fuera de la provincia, trabajado en Madrid o Barcelona, cuando se exiliaron después de la Guerra Civil. Muchos gallegos se refugiaron en Francia o en el norte de África (Túnez o Argelia) y fueron combatientes extranjeros contra el ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial. Tres o cuatro ourensanos se alistaron en la resistencia francesa.

Lozano explicó en una charla en Ourense que el ourensano más viejo recluido en un campo de concentración fue José Pérez, natural de Paderne de Allariz, que ingresó en Dachau con sesenta años de edad; el más joven fue Verísimo Pérez, del mismo municipio, quien llegó a Mauthausen en 1940, con 21. Cuatro procedían de Entrimo. Sobrevivieron dos y otros dos fallecieron en 1941 y 1942. Sobre las vivencias de estos entrimeños, Lozano apunta que dos viajaron a Francia en el mismo tren.
Monterrei fue otro de los municipios ourensanos con más prisioneros en los campos nazis. Entre ellos, Joaquín Balboa, uno de los supervivientes, a pesar de que pasó cuatro largos años, de 1941 a 1945, en Mauthausen y en el campo de Sankt Lambrecht. Llevaba el número 3.833 con un triángulo azul que señalaba a los prisioneros apátridas, consideración que tenían todos los de origen español, después de que Franco les arrebatara la nacionalidad. Su oficio de barbero le facilitó algo las cosas en un campo en el que la mayoría murieron. De los 208 deportados, solo el 35 % llegó a ser liberado en 1945.
Los presos españoles que se encontraban en Mauthausen tuvieron que permanecer un mes más en el campo, tras la liberación —el 5 de mayo del 1945— por las tropas estadounidenses. Fueron establecidos en el hotel Lutetia de París. De Joaquín Balboa se sabe que en Francia trabajó en una granja de Montauban antes de regresar a Barcelona. Pudo volver solo en 1949 tras pasar varios años, también como apátrida, en Francia, según el profesor Heladio Anxo Fernández, de la asociación cultural Monterrei, Cultura e Territorio. En los años sesenta, Balboa participó en la creación de la asociación Amical de Mauthausen.

Muchos no regresaron. Se quedaron por Francia, alguno en Austria o en el norte de África, apunta Lozano. Este profesor estima que en los primeros años fallecieron casi el 90 % de los reclusos. Otro de los 25 supervivientes ourensanos, señaló, fue Francisco Cortés, de Calvos de Randín, quien contó que había escapado de Buchenwald y que pudo retornar con un indulto conseguido por un familiar franquista. Acabaría trabajando para el régimen, como delegado de la plaza de abastos de Gijón.
En cuanto a la afiliación política de los prisioneros gallegos, Carlos Lozano constató que 32 de ellos tenían alguna. Muchos de los capturados eran exiliados que habían huido al implantarse la dictadura franquista. Ello demuestra, según Lozano, que en Galicia hubo personas que lucharon en la Guerra Civil por su conciencia política y no por la suerte de haber quedado en una zona geográfica dominada por uno u otro bando. Varios se habían enrolado en las Juventudes Socialistas Unificadas.
Siete de los ourensanos tuvieron militancia política o sindical. Que la mayoría viviesen fuera de Galicia significa, para la historiadora Alba Garrido, la «escasa militancia comunista de antes da guerra en Galicia». Esta autora afirma que hay constancia de que el 16 % del total tenían afiliación, observando una fuerte tendencia a la sindicación en la CNT o UGT y una militancia política mayoritaria en el PCE. Varios habían pertenecido a las milicias gallegas. Otros historiadores apuntan a que en Ourense el movimiento obrero se desarrolló más ligado a la construcción de las vías del ferrocarril.
Ourense fue, proporcionalmente, la provincia gallega con más deportados
Según la monografía de Alba Garrido, atendiendo al número total de deportados por provincia en relación a la población total, por los datos de 1940, proporcionalmente fue la de Ourense la que tuvo más casos, con 47 repartidos en 29 concellos, para un censo de 450.000 habitantes en aquel momento.
De mayor a menor presencia: «Ourense e Entrimo, con 4, Monterrei, Larouco e Paderne de Allariz, con 3; Allariz, O Bolo e San Cibrao das Viñas, 2, A Pobra de Trives, A Rúa, A Veiga, Avión, Baltar, Boborás, Calvos de Randín, Cartelle, Castro Caldelas, Coles, Maceda, Montederramo, O Carballiño, Padrenda, Petín, Quintela de Leirado, Ramirás, Ribadavia, San Cristobo de Cea, Sarreaus e Vilar de Barrio, con un cada un». El 80 % de ellos fueron hechos prisioneros de guerra por la Werhmacht durante la invasión de Francia en la primavera de 1940. Después de pasar por los Stalag, o campos de prisioneros, los enviaron —a principios de agosto de 1940 —a Mauthausen (Austria). Las deportaciones de gallegos en ese período fueron 161, el 23 % en 1940 y el 54 % en 1941.
El campo de Dachau —una antigua fábrica a quince kilómetros de Múnich— se destinó primero a comunistas y socialdemócratas, después a judíos, sacerdotes, gitanos y homosexuales. A partir de 1943 llegan los españoles desde los campos franceses. De Gusen a Dachau fueron enviados los ourensanos Santiago Durán Durán e Eliseo Fernández Cid.

Actos de memoria
Además de en centros de enseñanza, en la provincia hubo otros actos de memoria, como el homenaje en el 2016 a Joaquín Balboa en su pueblo de Monterrei, así como la exposición en el campus Exilio e Deportación: de Monterrei e Boborás aos campos nazis. En Entrimo se celebró un acto de memoria en mayo del 2021.