La UD Ourense lleva el título de liga a sus vitrinas y lo celebra con victoria sobre el Alondras (2-0)

La UD Ourense regresó a O Couto para celebrar con sus aficionados un título de liga que ya pasó a sus vitrinas, tras la entrega protocolaria a cargo del presidente de la federación gallega, Pablo Prieto. Sober el terreno, el visitante era un Alondras que se está jugando el acceso a la fase de ascenso y que se mostró ambicioso. El campeón fue sobrio una vez más y amarró los puntos, con un gol en cada tiempo: 2-0.

Los visitantes demostraron desde el principio que venían a por un triunfo que necesitaban y el arquero Dani Sampayo se adelantó a Fran López en su veloz irrupción en el área. Fue una primera amenaza que mejoró en cuanto a rendimiento el equipo ourensanista. Tardó nueve minutos en visitar el área, para hacerlo con máxima precisión en el perfil izquierdo, donde Cabarcos cedió a Luismi y este le regaló el gol a Osian, que definió con temple.

El elenco de Cangas volvió a la carga y lo intentó por medio de Diego Rodríguez, en un córner lanzado por Yelco Alfaya. Los de casa no daban facilidades y Cabarcos también llegó a zona a ataque para disparar alto. La mejoría del Alondras seguía sin ser efectiva y su última oportunidad la forjó Pablo Goitia, en un esférico repelido por un defensor y, en última instancia, por el propio Sampayo.

No cambió mucho la decoración en el período complementario. Los visitantes salían dispuestos a llevarse algo positivo y su anfitrión era más certero en los últimos metros. De hecho, Luismi estuvo a punto de doblar la ventaja local, en una envío de Champi desde la esquina que cabeceó al larguero de la portería de Brais Pereiro.

Aunque el equipo del Morrazo intentaba cargar con la iniciativa del juego, Kopa tuvo que arriesgar en fase defensiva, para evitar que Justino rematase en el área el balón que le había servido Antón Guisande de espuela, en una jugada de fantasía.

Siguió insistiendo el Alondras, que no parecía dispuesto a bajar la guardia y, aunque Gonza Fernández retocó sus efectivos en la fase ofensiva, Pablo Goitia era el único hombre que provocaba cierto desequilibrio ante una zaga en la que reaparecía Lucas Puime y se mostraba como una línea muy seria. El citado delantero y el recién incorporado Noel firmaron las dos mejores oportunidades de un equipo que no encontraba la forma de abrir una brecha.

Ya en la recta final del choque, volvió a aparecer Goitia para rematar un centro que había dejado pasar Manufre. Su remate se le fue arriba. Lo contrario que sucedió con el local Jose Pérez, al que le cayó en los pies un rechace de sus rivales. Como le venía le pegó al fondo de la red, imposible para Brais Pereiro. Casi un resumen de algunas de las virtudes del primer clasificado, a lo largo del curso. Rocosos atrás y con recursos brillantes en su vanguardia. Y eso que siguen celebrando.

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