Recaudan fondos para denunciar al Concello de Ourense por no actuar contra el ruido del ocio nocturno

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Miembros de la Asociación O Cimborrio, en la rueda de prensa que ofrecieron ayer.
Miembros de la Asociación O Cimborrio, en la rueda de prensa que ofrecieron ayer. MIGUEL VILLAR

«El casco histórico se convirtió en una discoteca al aire libre», lamentan desde la Asociación O Cimborrio

01 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asociación O Cimborrio lleva años denunciando las molestias que el ocio nocturno ocasiona a los vecinos del casco viejo de Ourense. La entidad quiere ahora dar un paso más y prepara una querella contra el concejal de Urbanismo del gobierno de Gonzalo Pérez Jácome y contra funcionarios de ese mismo departamento. Los acusan de actuar en beneficio de los pubs de forma «negligente, deliberada y cómplice».

Según dicen, los incumplimientos de la normativa por parte de los locales nocturnos son reiterados, pero los expedientes sancionadores acaban sistemáticamente archivados. La Asociación O Cimborrio, que venía desarrollando sus actividades de forma discreta, convocó este miércoles una rueda de prensa en la que parte de sus miembros dieron la cara para explicar las molestias que sufren en su día a día. Allí estaba, por ejemplo, Rocío, Pérez, que vive en la calle Cabeza de Manzaneda, donde se concentran muchas quejas. «Nós o problema témolo desde pola tarde. Ás cinco pasas cos nenos e hai pelexas, porros, de todo. Pero pola noite é horrible. Nós temos dobre ventá e séntese igual. Incluso os nenos, e mira que eles teñen o sono máis profundo, chegan a espertarse co ruído que hai. E o problema é que son todos os días», relató la mujer, que explicó que ponerse en contacto con la Policía Local tampoco resuelve nada: «Cando chamas case parece que tes que pedir perdón por facelo».

Fue el portavoz de O Cimborrio, Carlos Vence, quien detalló los incumplimientos de los locales. Manipulan o inutilizan los limitadores de sonido, permiten a los clientes salir a la calle con bebidas alcohólicas, tienen puertas y ventanas abiertas o no cumplen los horarios de cierre establecidos. «El casco histórico se convirtió en una discoteca al aire libre», lamentó Vence, que aseguró que «nadie cumple sus obligaciones y nadie lo controla». Según dijo, algunos agentes no cumplen con su trabajo y puso el ejemplo de una intervención policial por un local que incumplía su horario que está documentada en vídeo y que duró solo 17 segundos. En otros casos, aunque los policías actúen, los expedientes sancionadores acaban siendo archivados porque el Concello deja pasar los plazos sin tramitar las multas correspondientes.

Detective privado

Para documentar todas esas infracciones sin perseguir por el Concello, la asociación contrató a un detective privado, pero eso tiene unos costes, al igual que las mediciones de ruido o el asesoramiento legal necesario para presentar la demanda que están preparando. Además de la vía administrativa, explorarán la penal, según avanzó el portavoz de la entidad, que señaló al concejal de Urbanismo del gobierno local, Francisco Lorenzo López, y a funcionarios de los departamentos de licencias y disciplina urbanística, sin especificar sus nombres.

Y, para financiar esta estrategia judicial, O Cimborrio necesita dinero. La asociación espera recaudarlo gracias a la colaboración ciudadana y su portavoz dio a conocer un número de cuenta de Abanca (ES27 2080 0436 0930 4000 5941). En ella esperan recibir donaciones, que pueden ser anónimas. Carlos Vence insistió en que es urgente dar una solución a las familias que residen en el casco viejo. Muchos vecinos han necesitado atención psiquiátrica a consecuencia de los problemas para dormir y esos informes médicos también serán aportados a la denuncia que están preparando. «Aquí hay gente que está sufriendo», dijo el portavoz de la entidad.

Ordenanza de ruidos reactivada

Después de la rueda de prensa de la Asociación O Cimborrio, se celebró la reunión semanal de la Junta de Gobierno Local. Pese a que ese asunto no estaba incluido en el orden del día, el ejecutivo de Democracia Ourensana aprobó inicialmente el proyecto de ordenanza municipal de ruidos. Esa normativa se debatió ampliamente durante el pasado mandato, cuando era concejala de Urbanismo la popular Sonia Ogando, y estaba preparada para su aprobación, pero quedó guardada en un cajón en el año 2022, cuando se rompió la coalición de DO y PP. Ahora es cuando el gobierno de Gonzalo Pérez Jácome decide rescatarla.