La Guardia Civil identificó en Salamanca a varias personas por insultos y por el presunto lanzamiento de piedras a la afición de la UD Ourense

OURENSE

Imagen de la afición ourensanista cuando comenzaba a situarse en el graderío que les reservaron a un precio de 18 euros por persona
Imagen de la afición ourensanista cuando comenzaba a situarse en el graderío que les reservaron a un precio de 18 euros por persona YEDRA SEARA

El acta del partido en las pistas anexas al Helmántico hace referencia a la ayuda del delegado visitante, Avelino García, para la retirada de los colegiados a su vestuario

29 sep 2025 . Actualizado a las 16:09 h.

El viaje de la UD Ourense al campo del Salamanca UDS era uno de los más propicios para que su afición rodeara al equipo de Borja Fernández en una plaza histórica del fútbol nacional, pero a la postre el desplazamiento de unos doscientos seguidores no resultó tan agradable.

Para empezar, no pudieron disfrutar de un partido en las instalaciones del mítico estadio Helmántico, puesto que la directiva local aducía la falta de permisos necesarios para celebrar el partido en ese escenario. Se trasladó el encuentro a las Pistas de Atletismo anexas. En la expedición ourensanista también se produjo un notable malestar al conocer que las entradas para la afición visitante tendrían un coste de 18 euros por persona, aún teniendo en cuenta que los asientos estaban bastante alejados del terreno de juego.

Fernando Currás, directivo de la UD Ourense, explicaba al respecto: «Viaxamos pronto para xuntarnos coa afición de Unionistas -el otro club de la ciudad-, pero en todo momento o ambiente foi perfecto para disfrutar dunha xornada de fútbol. A verdade é que nos extrañaron os prezos e que non se fixera algún tipo de acordo que se acostuma facer con outros equipos para cando eles nos visiten, pero en principio todo iba ben». El dirigente sí notó, más o menos en el intermedio de la confrontación, un ambiente más enrarecido por parte de un pequeño grupo de aficionados locales: «Eran poucos, uns oito, con bandeiras españolas e con actitudes máis provocadoras, que empezaron a lanzar algún insulto a ourensáns e unionistas».

Del mismo modo el presidente ourensanista, Javier Orbán, aclaraba que los incidentes se reprodujeron tras el pitido final: «Nese momento volveron increpar aos nosos siareiros e a cousa non pasou a maiores porque chegou unha parella da Garda Civil, que procedeu a identificar a eses afeccionados locais. Que eu sepa non se tramitou denuncia e o clube non vai facer ningunha acción como tal, porque nos consta que se vai tramitar de oficio unha vez identificadas esas personas».

Sí se alteró más la situación a la conclusión de la contienda y el entrenador de la UD Ourense, Borja Fernández, denunció el lanzamiento de objetos a las gradas de los visitantes, después de agradecer su presencia en Las Pistas: «O clube somos todos, son os xogadores, o corpo técnico, a directiva apoiando ao final do partido, a xente que sempre ven, que nunca falla. Non me quería acercar porque estaba moi emocionado, vendo como despois de levar un punto en catro partidos, non son resultadistas e están valorando o traballo que fai o equipo. Non merecemos perder e iso é para remarcar. Ademais espero que estén ben, porque catro tontos dende fora tiráronlle pedras antes de rematar o partido. Espero que non lles pasara nada e que a Policía ou Garda Civil tomara nota diso, porque viñemos aquí como ven moita xente e como irán eles cando xoguen alá a disfrutar dun domingo de fútbol e non é para tirarlle pedras a ninguén». El técnico se mostraba satisfecho por el hecho de que fueran identificadas las personas que provocaron esa tensión, mientras que desde el club ourensanista lamentan que el ambiente se caldeara tanto y destacan que no tienen conocimiento de que los incidentes pasaran a mayores, al abandonar el recinto. 

Por otro lado, el acta del colegiado madrileño Álvaro García Padilla también dio cuenta de que se complicó su acceso y el de sus asistentes a los vestuarios: «Una vez finalizado el partido, y aun cuando nos encontrábamos en el terreno de juego, se produce una invasión de campo de unas 100 personas aproximadamente, aficionados del equipo local, identificados por su indumentaria, viéndonos rodeados de dicho público y sin poder abandonar el mismo. En el camino a vestuarios, en el que teníamos que atravesar la pista de atletismo de la instalación, se encontraba transitando todo el público ubicado en frente de la tribuna, haciendo imposible que pudiéramos abandonar el terreno de juego, temiendo por nuestra integridad física».

El responsable de mediar en el enfrentamiento también hizo hincapié en las deficiencias de la organización del evento: «No se encontraban ni miembros de seguridad, ni vallas protegiendo dicho paso a vestuarios, por lo que me vi obligado a hablar con el capitán local y pedirle que convocase a sus jugadores y nos abrieran paso y/o acompañasen hasta vestuarios, como así sucedió sin haber ningún otro incidente reseñable». A eso añadió su agradecimiento a Avelino García, delegado ourensanista, que sí le prestó al trío arbitral todo su apoyo: «Destacar la actitud colaboradora del delegado visitante, el cual estuvo a nuestro lado en todo momento hasta que accedimos a vestuario, haciendo, ante la ausencia del delegado de campo, sus funciones».