«Ver abrir o cancelo de Irosa de novo foi moi emocionante»
CARBALLEDA DE VALDEORRAS
La plantilla de la pizarrera vive su primer día de tranquilidad tras casi dos meses de angustia ante un desahucio que podría dejarles en la calle
30 nov 2023 . Actualizado a las 16:49 h.Si el miércoles no fue un día cualquiera para los trabajadores de Irosa, que acudieron a su puesto sabiendo que horas después la empresa sería desahuciada, el de hoy tampoco será fácil de olvidar, aunque por un motivo muy diferente. Después de varias horas de incertidumbre y muchas semanas con el miedo en el cuerpo a quedarse sin trabajo si se ejecutaba el desalojo previsto para hace dos días (como así sucedió), la firma del nuevo contrato de alquiler entre el grupo pizarrero y la junta vecinal de montes en mano común de Portela-O Trigal (Carballeda de Valdeorras) garantizaba el futuro de la empresa. Y eso se dejó notar en el ánimo de los empleados, una plantilla de 250 personas entre la que ahora reina la tranquilidad. «Estamos moi contentos. É como unha regalo de Nadal anticipado», resume Moncho Porto, presidente del comité de empresa, del sindicato CIG.
«Agora se cumpren as dúas partes non debería haber problema ningún», añade Porto, que evita pensar qué hubiese pasado en caso de que comuneros y empresa no hubieran llegado a acuerdo. «Estamos seguindo coa produción e contentos», dice. Recuerda lo mal que lo han pasado. «A nosa suor nos custou e moitas noites sen durmir, pero pagou a pena», dice, refiriéndose a que sus puestos de trabajo no estaban ya en el aire. «Ver abrir o cancelo de Irosa de novo foi moi emocionante», resume. Fue el presidente del grupo empresarial, Rogelio López, quien se encargó de hacerlo, como horas antes había hecho ante la comisión judicial que hizo efectivo el desahucio. Ante la existencia de un preacuerdo para firmar un nuevo contrato de arrendamiento (por once años, el máximo permite la ley, prorrogables), el desalojo fue casi simbólico: únicamente se colocaron dos cadenas en ambos portalones, sin el preceptivo cambio de cerraduras que se realiza en estos casos.
Porto estuvo presente en la rúbrica ante notario del documento de alquiler. Al ver cómo las partes estampaban las firmas en el papel, llamó a sus compañeros (que esperaban a las puertas de las naves en O Trigal): «Díxenelles que xa podiamos respirar tranquilos». Minutos después, con una sonrisa en la cara, explicaba que el acuerdo permitía la reincorporación al trabajo de la plantilla. «Non hai problema ningún», decía. Y añadía: «Para nós é unha gran alegría e quitamos un peso de enriba. Podemos empezar a traballar».
«Queríamos preservar nuestros puestos de trabajo, que llegaran a un acuerdo», apuntaba Óscar Guerrero, delegado en el comité de empresa por Comisiones Obreras. Y lanzaba un deseo: «Solo queda que ambas partes cumplan lo que han firmado para que se quite de problemas en un futuro».