Los antipoemas de Lola Doporto

tareixa taboada OURENSE

CELANOVA

Exposición de Lola Doporto en la Sala de Arcos del Concello de Celanova
Exposición de Lola Doporto en la Sala de Arcos del Concello de Celanova Santi M. Amil

El nuevo proyecto de la pintora valdeorresa, «Onde o mundo se chama Celanova», se expone en la Sala de los Arcos de la villa de San Rosendo

27 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«La vida no se trata de encontrarte a ti mismo, sino de crearte a ti mismo». Bernard Shaw.

Lola Doporto presenta, a través de Onde o mundo se chama Celanova, una narración plástico-lírica que la vincula a la Pictotridimensión o pintura tridimensional, entendida como una configuración iconográfica que se aleja de los estrictos cánones academicistas. Tiene un refinado expresionismo figurativo en el retrato del relato aludido donde el color rige las quiméricas narraciones en las que lo imaginario adquiere la presencia y fisicidad de lo real con la capacidad de trascender el soporte clásico, rompiendo la bidimensionalidad del plano que sin referencias contextuales en el fondo es generador de la estrategia expresiva. La pincelada empastada constituye una de las principales características del lenguaje pictórico de la artista de su estilo de marcado perfil autobiográfico con indiferencia de los temas abordados. La fisicidad de su pintura, casi matérica por el efecto del óleo empastado, reivindica la presencia orgánica del cuadro como objeto artístico que forma parte de la realidad que preexiste con sus valores volumétricos y táctiles, independientemente del carácter representacional o simbólico que pueda tener la imagen generada.

La elegante atemporalidad de su grafismo, su presencialidad, es resultado de emplear una factura matérica que se centra en la figura humana. La calidad háptica de la pintura convierte la obra en sustrato material con una línea ornamental de sofisticada intensidad, para llegar al descubrimiento de una pintura gestual de trazo intenso.

La instalación excede su concepción de imagen única y monolítica y se convierte en un territorio que el espectador debe explorar a través de los hieráticos maniquíes.

Mediante la fetichización de la base, el maniquí-totem absorbe el pedestal y descontextualiza su ubicación y a través de la experimentación de los propios materiales y la adhesión de elementos de carga en el proceso de construcción, se convierte en escultura, representativa de su propia autonomía, realidad e identidad, interviniendo un espacio alegórico que diluye las barreras entre escultura e instalación como los combine de Rauschenberg y F.Stella de los 90.

Además de las obras realizadas como proyecto específico para la exposición, como los retratos de San Rosendo, Manuel Castro O gaiteiro de Penalta y de los poetas de Celanova, Manuel Curros Enríquez y Celso Emilio Ferreiro, la artista incluye obras de la exposición Morriña de estrelas, que realizó en la Casa de Galicia en Madrid y donde revisa los sonidos arcanos de voces e instrumentos, retratando a los protagonistas del Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo, el Apóstol Santiago y al sonriente profeta Daniel; algunos de los 24 ancianos que, sentados sobre bocelones, afinan los instrumentos y se presentan barbados y coronados y unos ojos vítreos que remiten al maniquí.

Lola, observadora de la condición humana, edifica los cimientos de su universo personal a través del retablo de un particular elenco de personajes mediante los que argumenta su interés por un paisaje íntimo y vitalista con cierto hieratismo arcaizante derivado de un ingenuismo primitivista de carácter etnográfico. Venial y pétrea sacra conversazione impostada, remite en lenguaje expresionista a Rohlfs en la transfiguración de temas bíblicos desde una mirada contemporánea y en la gestualidad procesual. Reverberación de sombras punzantes arrojadas por el trazo decisivo, trémulas luces en semitonos artificiales, caligrama musical plástico y poético heredero de superficies erosionadas. La textura se convierte en elemento expresivo fundamental mediante una configuración de la masa pictórica a modo de fondo abstracto all over que en sus destellos luminosos recrea una atmósfera intangible sobre la que los cuerpos parecen aplastarse apercibiéndose su adhesión a la estética granítica.

Además de la experiencia narrativa se observa a través de la caligrafía de la artista, el sentido concéntrico de la composición como historia cerrada, la peculiar expresividad de las figuras, su meditativa introspección en la versatilidad de la amalgama figurativa y su fluidez, la naturaleza ornamental del arabesco, la constitución de los interiores en base a elementos constructivos y la deconstrucción de la realidad mediante la fantasía.

Sin embargo, en el proceso de racionalización el yo consciente ha ido ganando terreno gradualmente al inconsciente, forjando la expresión de un individualismo con cierta sobrecarga de tensión emocional.