
Una decena de repenicadores participaron en un certamen que se celebró después de la misa de domingo
21 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Las campañas de la iglesia de Esgos sonaron este domingo de una forma muy especial. El encuentro de repenicadores de campás congregó a una decena de aficionados a esta curiosa profesión, que cada vez tiene menos seguidores. «Ha sido un espectáculo muy bonito; ha merecido la pena solo por escuchar el aplauso de la gente», explicaba Manuel Rodríguez, uno de los participantes en este primer certamen, que hizo las delicias de los feligreses.
Manuel, de 80 años, vive en Quins (Melón), y este domingo cogió el coche a primera hora de la mañana para viajar hasta este municipio. Toca las campanas desde los 8 años, pero la vida lo llevó por otros caminos laborales hasta que, hace unos meses, en su pueblo lo volvieron a llamar para encargarse de esa manera tan ancestral de alertar de tormenta, incendio, procesión festiva, funeral o misa. Cada aviso es distinto, cuenta. «En caso de difunto, aquí tocamos cuatro veces cuando es hombre y, si es mujer, son tres; hay que saber estos pequeños secretos», cuenta sobre un trabajo que le sigue ilusionando. «Ojalá hubiera niños que quisieran aprenderlo, esto es muy bonito», asegura. Este domingo, por turnos, cada repenicador hizo su propia interpretación con las dos campanas que tiene la iglesia de Esgos. Manuel prefiere que sean distintas porque el resultado tiene más matices, pero aún así no dudará en repetir, si hay ocasión.