En el desfile de San Cibrao das Viñas triunfaron los disfraces hechos a mano

«Se lo han currado muchísimo. Creo que los vecinos suben cada año el nivel y es una maravilla poder disfrutar del resultado de las horas y horas de esfuerzo, trabajo, originalidad y alegría que le ponen a cada disfraz», decía Marta Nóvoa, alcaldesa de San Cibrao das Viñas, durante la fiesta posterior al desfile que hubo este sábado. Más de trescientas personas pasearon sus originales diseños por dentro y fuera del polideportivo. Seis comparsas, de cerca de una veintena de participantes cada una, y más de catorce grupos pequeños lucieron disfraces durante el desfile. En la cita se repartieron 3.500 euros en premios y algunos de esos galardones reconocieron el estilazo de los que decidieron disfrazarse de manera individual.

Llamó especialmente la atención la comparsa de africanas. «Hicieron ellas mismas cada detalle del disfraz y el resultado fue totalmente asombroso», explicaba la regidora. Indios, piratas, ovejas descarriladas y hasta los acróbatas de un circo se dejaron ver en el pabellón de San Cibrao. Hay quienes optaron por disfrazarse de Mad Max y los más diferentes fueron los miembros de un grupo de amigos que se vistieron de fregonas. No faltaron ni los astronautas, ni los alienígenas, ni los pollos. Los más pequeños, los niños que van al aula de conciliación, formaron una comparsa y fueron vestidos de indios. «Iban preciosos», aseguró la alcaldesa.

El grupo municipal, porque la corporación también se disfraza, lució atuendo del oeste. «Vamos de vaqueros, pero ya he dicho que el año que viene nada de comprar los disfraces, tenemos que hacérnoslo como la mayoría de los que participan en el desfile», prometía Nóvoa. En la fiesta actuó la charanga El Brexit, que puso a bailar a todo el mundo, y pinchó un disyóquey. Para reponer fuerzas después de toda la energía consumida, había camionetas de comida ambulante.

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