Xosé A. Calviño, de Veciños de Taboadela desde el 2007: «Nunca me chamaron doutros partidos porque xa saben como son»

Los partidos independientes suelen tener una vida muy limitada, y más aún si no consiguen gobernar. Pero hay casos, pocos, en los que la oposición no arredra a políticos vocacionales del servicio público, como Xosé Antón Calviño Martínez (Ourense, 1954). Maestro de profesión, en el año 2007 fundó Veciños de Taboadela y desde entonces es concejal, pero nunca ha tenido responsabilidades de gobierno.

Estuvo a punto tras las elecciones del año 2019, pero las negociaciones no fructificaron y se quedó de nuevo en la oposición, al igual que en los mandatos anteriores. Calviño estaba acostumbrado a ocupar ese lugar porque en Taboadela gobernaba con sucesivas mayorías absolutas el que por entonces era el alcalde más veterano de la provincia, Manuel Gallego Vila. «Os inicios foron moi difíciles porque os votos estaban contados e 480 eran fixos para o PP», explica el líder de VE-TA, que recuerda que en el año 2015 parecía abrirse una oportunidad con la polémica que se originó con las expropiaciones del AVE y la amenaza de la instalación de unos vertederos en el municipio. «Foi a primeira vez que se facía unha manifestación en Taboadela e pensamos que podería haber un cambio, pero nin así, dándose unha situación excepcional», lamenta.

Finalmente, el momento llegó en el 2019. Manuel Gallego no se presentó por el PP, lo que generó cierta división en el partido. Pudo formarse, por lo tanto, una mayoría alternativa. PSOE y Ciudadanos llegaron a un acuerdo para hacer regidor al socialista Álvaro Vila y este invitó también a unirse a Xosé Antón Calviño. Él rechazó la propuesta porque «viña pechada» y quería para VE-TA, además de las competencias en materia de Cultura, parte de las de Servicios Sociales.

Al veterano político ourensano no le costó hacerse a la idea de volverse a quedar fuera del gobierno y durante este mandato ha sido muy crítico con el alcalde socialista, igual que lo era antes con su predecesor. «A única oposición real somos nós porque o PP está descolocado. Nunca se viran nesta situación», explica Calviño, que reconoce que hay cosas que han cambiado con Álvaro Vila al frente del Concello. Ha mejorado la dinamización cultural, aunque lo suficiente, a su juicio, se han ejecutado obras de humanización en diversos núcleos y se han creado rutas de senderismo, destaca el líder de VE-TA, que asegura que todas eran propuestas de su formación. «Eu son moi crítico porque penso que as cousas poden facerse mellor», dice Calviño, que alerta de que el gobierno actual tiene «pouco respecto polos procedementos» y denuncia «continuas irregularidades» en el servicio de ayuda a domicilio.

Así las cosas, parece obvio concluir que Veciños de Taboadela volverá a presentarse a la alcaldía en las elecciones del próximo mes de mayo y así lo confirma Xosé Antón Calviño. Lo que no tiene claro es si él será de nuevo el candidato o si pasará a un segundo plano. Lo que no duda es que el proyecto de VE-TA sigue vigente. «Temos unha idea un pouco utópica de que os veciños se poden autoorganizar e xestionar», dice el concejal, que cree que su actividad resulta útil. Elabora un resumen detallado de lo que ocurre en cada pleno «e moita xente di que é a única maneira que teñen de enterarse do que pasa no Concello», apunta.

Siendo una persona tan activa, uno podría pensar que a Calviño lo podrían haber tentado los grandes partidos para unirse a ellos, pero él asegura que no. «Non houbo nin o primeiro achegamento. Nunca me chamaron. Xa saben como son», dice el todavía líder de VETA, que presume de criticar «a uns e outros».

 

Un «mestre e gabineteiro» que estrenó jubilación hace tres años

Profesionalmente, Xosé Antón Calviño se define como «mestre e gabineteiro». Trabajó como profesor entre los años 1981 y 1989. Después ejerció como jefe del gabinete de Normalización Lingüística de la Xunta en Ourense hasta el año 2006. Esta última fue, según dice, una etapa de mucho trabajo, con cursos, publicaciones y campañas de todo tipo. «Era algo moi necesario naquel momento», recuerda Calviño, que empezó esa tarea en la Delegación de Educación, «no faiado, nun despacho no que había so unha máquina de escribir e un armario de ferro». La disponibilidad de recursos fue mejorando con el tiempo, pero él acabó regresando a la docencia en el IES As Lagoas desde el 2006 al 2020, cuando se jubiló. Organizaba todos los años una obra de teatro junto a sus alumnos y fue testigo y parte activa de las protestas por la reconversión del instituto Portovello en centro de FP.

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