De una casa en ruinas a una escuela de oficios en Taboadela: aquí dan cerámica, ganchillo y cestería

En el concello de Taboadela apuestan por el arte y por eso hace dos años que el gobierno municipal decidió recuperar una construcción en ruinas situada en el medio del pueblo, para convertirla en su Casa de Oficios. «A nosa intención era acabar co feísmo e dárlle unha utilidade a esta vivenda», explica Charo Valado. Ella es la concejala que se encargó del proyecto y ahora mismo gestiona las actividades que se desarrollan en el espacio. No son pocas. Esther Losada da ganchillo y también calceta. Pilar Prado imparte pintura y cerámica, Sergio Moreno cestería y Fernando Ferradás restauración. «La verdad es que la participación y la implicación es buenísima», dice Pilar. Las clases se organizan por grupos, especialmente reducidos en cerámica, ya que cuentan con seis tornos. «Cada vez se anota más gente. Son actividades artísticas, muy relajantes, que llaman la atención de personas de todas las edades», asegura la profesora de pintura. Las clases son de dos horas, una vez a la semana.

«Tamén organizamos obradoiros puntuais que van dirixidos a nenos ou a maiores», cuenta Charo. Ya han hecho talleres para aprender a hacer jabones aromáticos, para decorar calabazas de Halloween y para elaborar coronas de Navidad, entre muchos otros. «O mellor é que tanto ás actividades como aos cursos pódese apuntar quen queira, non necesariamente ten que ser de Taboadela», dice la organizadora. Ejemplo de ello es José Francisco Cid, que acude una vez por semana sin excepción para ir a clase de cestería. «Encántame. De neno vía ao meu pai facéndoos pero non lle botaba contas e agora arrepíntome de que non me ensinara», afirma. Dice que es laborioso pero está enganchado. «Levaba tempo buscando para apuntarme e aquí estou moi contento, ao ser xubilado teño dispoñibilidade», asegura.

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