Un panel indica la aldea de Vilariño de Conso que quedó bajo las aguas con la construcción del embalse de As Portas

La Voz O BARCO

VILARIÑO DE CONSO

El panel indica la situación de Veigas de Camba.
El panel indica la situación de Veigas de Camba. CEDIDA

Vecinos y especialistas recordaron el impacto cultural y emocional de la construcción de la presa durante una jornada en A Gudiña

08 sep 2025 . Actualizado a las 09:53 h.

La aldea de Veigas de Camba (Vilariño de Conso) quedó bajo las aguas en 1974 tras la construcción del embalse de As Portas. Medio siglo después, antiguos habitantes y expertos se reunieron en A Gudiña para rememorar aquel episodio dentro de la jornada A memoria asolagada: Veigas de Camba e a Lama no encoro das Portas, organizada por el Consello da Cultura Galega.

La cita coincidió con la festividad de San Martiño, patrón de la aldea desaparecida. Durante la mañana se llevó a cabo una visita por la Serra Seca guiada por Nieves Amado, Fernando Serrulla y José María Pérez. El recorrido atravesó tramos del Camino de Santiago, el antiguo camino de los segadores y el trazado del viejo ferrocarril, con el objetivo de localizar el emplazamiento original de Veigas de Camba y otros puntos de interés histórico y natural. La ruta finalizó en A Venda da Capela, donde la alcaldesa de Vilariño de Conso, Melisa Macía, inauguró un panel informativo que señala el lugar exacto de la aldea y recoge datos sobre su historia y su relación con el embalse.

En la sesión de conferencias, José María Pérez López explicó las características técnicas del embalse, diseñado en los años cincuenta y considerado el segundo más grande de Galicia. Con capacidad para más de 500 hectómetros cúbicos y una presa de más de 140 metros de altura, constituye una de las principales reservas de agua dulce y una infraestructura clave para la producción hidroeléctrica.

Posteriormente, Nieves Amado, coordinadora de la jornada, analizó el patrimonio cultural sumergido, incluyendo las construcciones de los cerca de 4.000 trabajadores que participaron en la obra. Por su parte, Fernando Serrulla recordó el proceso judicial abierto contra la empresa constructora: «Foi un proceso longo e complicado no que participou a parte máis grande dos habitantes do lugar». El especialista, tras revisar la documentación de uno de los abogados de los vecinos, señaló que «no momento no que os veciños foron expropiados perderon por tanto a propiedade do monte, converténdose nunha trampa para eles»”.

El momento más emotivo llegó con los testimonios de los antiguos habitantes, que compartieron recuerdos de la vida en la aldea, la manera en que reconstruyeron sus proyectos tras el desalojo y la tradición de reunirse cada año en A Venda da Capela, donde se levantó una ermita en honor a San Martiño.