Los romanos no se olvidaron de cómo conquistar Xinzo de Limia

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

XINZO DE LIMIA

La sequía no dejó sin agua al río Lethes y Décimo Junio Bruto lo cruzó

21 ago 2022 . Actualizado a las 20:56 h.

Han pasado exactamente tres años desde que el municipio ourensano de Xinzo de Limia celebró su última Festa do Esquecemento. Tiempo precisamente suficiente como para olvidar muchas cosas. Pero hay algunas imborrables. Desde los propios miembros de la asociación Civitas Limicorum que organiza la cita, hasta los aficionados que llegan de distintos puntos de Galicia para vivir la cita histórica; todos demostraron que la memoria, y las ganas, están intactas y que no las consiguen frenar ni las dos ediciones de ausencia por culpa del covid.

Pese a la sequía, en el río Lethes todavía había agua, aunque a un nivel más bajo del habitual, y por él cruzó Décimo Junio Bruto. Este año, por quinta vez, se metió en la piel del general romano Carlos Otero, vecino de A Limia. Se encargó de recordar a sus tropas, y de recrearlo frente a vecinos y turistas llegados de todas partes, lo que le ocurrió en el año 137 antes de Cristo. «O río Lethes é a fronteira entre a vida e a morte. Das súas augas beben os mortos para olvidar as lembranzas da súa vida», le dijeron cuando llegó a orillas del río. Una vez más, para demostrar la falsedad de la leyenda que decía que al pisarlo se perdía la memoria, se adentró en sus aguas con valor y entrega y llegó al otro lado. Todo su séquito le siguió. Ya allí, bajo las sombras que hacían los árboles del parque de O Toural, los romanos se enfrentaron a los castrexos. El general Décimo Junio Bruto retó al líder de los grupos del norte, Beltián, y le venció en una batalla casi accidentada en esta edición, después de que el romano se cayese en un descuido. Supo sobreponerse, ante la atenta mirada de los fieles a la cita, y se alzó como general de las tierras del este ourensano.

Mucha ilusión

Ana Lozano, miembro de la directiva de la asociación Civitas Limicorum describe esta edición de la Festa do Esquecemento en una sola palabra: ilusión. «Hai moita unión e tiñamos moitas ganas de volver», explica. «Incluso a participación no bando castrexo, que é onde está a maioría de xente nova, foi este ano moi boa. Hai moitísima implicación, están traballando no campamento e divertíndose ao mesmo tempo. Notamos que a xente en xeral tiña ganas de recuperar a festa e vén con moito ánimo», continúa Lozano. Más de quinientas personas participaron en esta edición y la disfrutaron desde dentro. Pero el público de algunas de las citas más señaladas, como la del cruce del río Lethes, no se quedó corto y se contaba también por cientos. «Vimos moito e de feito agora as miñas fillas participan na festa como castrexas. Logo de tanto de pandemia e restricións a xente o que quere é troula e a verdade que hai moitísimo ambiente», dice Xerardo Camino, que no se perdió la celebración. Tampoco lo hizo Eduardo Gómez, que es natural de Os Blancos y acudió a Xinzo acompañado de familia y amigos. «Agora vivo aquí e a verdade é que vemos todos os anos», admite. En su opinión, el cruce del río fue un poco descafeinado. «Penso que os primeiros anos era máis chamativa, porque os romanos incluso pasaban o río a cabalo. Pero bueno, o que si, hai moitísima xente, coma se fose carnaval, e iso é algo moi bo para pasar un domingo de festa, de tradición e de moita convivencia», termina.