Se muda de Madrid a Xinzo en busca de una vida más tranquila: «Aquí la gente es absolutamente buena»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

XINZO DE LIMIA

José Manuel Espín, delante de uno de los murales que ha realizado en la aldea de Congostro
José Manuel Espín, delante de uno de los murales que ha realizado en la aldea de Congostro Alejandro Camba

José Manuel Espín cambió la capital por la provincia de Ourense, donde trabaja haciendo murales en las fachadas de sus vecinos

27 sep 2023 . Actualizado a las 20:47 h.

José Manuel Espín es un artista madrileño que acaba de mudarse con su familia a Ourense. «Vivimos en Xinzo de Limia desde marzo. Llevaba cuatro años subiendo a Congostro, a conocer la aldea de Santo André, y poco a poco me fue cautivando esto», admite. «Tanto yo como mi mujer nos dimos cuenta de que la forma de vivir de aquí era mucho más tranquila. La gente es buena, absolutamente buena, y entendimos que esto formaba parte de lo que queríamos para nuestro futuro», añade.

José y su mujer se mudaron con su hijo. Viven en la capital de A Limia pero ese no es su plan a corto plazo. «Nuestra idea es comprar una casa en la aldea de Soutelo», afirma. El niño va al instituto en Xinzo, su chica trabaja en ayuda a domicilio y él es autónomo. Concretamente José es tatuador y también muralista. «Empecé en 1995 jugueteando con el grafiti, haciendo un poco el gamberro, la verdad», confiesa. Se dio cuenta de que se le daba bien, así que trató de sacarle jugo. «Empecé a hacer trabajos en cuaderno. Iba puerta por puerta preguntándole a vecinos si querían que les pintase alguna fachada», recuerda. Eso fue en Fuenlabrada, de donde es natural este artista, que ha llegado incluso a pintar el estadio del equipo de baloncesto de su municipio. «He pintado también en Barcelona y hasta en París. De hecho parte de la decoración de Port Aventura es mía», cuenta. En la provincia de Ourense se dedica a realizar murales. Algunos lucen ya en Xinzo, en A Saínza, en Soutelo, en Congostro... «Me adapto a cada encargo. Si me dan libertad, utilizo mucho los colores y trato de que el resultado sea muy vivo y muy alegre. Me gusta también que el mural se mimetice. En pocas palabras, lo que quiero es animar el entorno», afirma. Además es tatuador. Tiene su estudio en Fuenlabrada, Atómica Tatto. «Estoy una semana aquí y luego otra trabajando en Madrid. Es fácil de sobrellevar. Los vecinos nos han acogido increíble y estamos felices», termina.