Entrevista | Loyola de Palacio del Valle Lersundi Para Loyola de Palacio, que una plaza pública de la aldea de Badoucos vaya a llevar su nombre es, además de un honor, «algo muy sentimental para mí»
29 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?l pleno del Ayuntamiento de Caldas tenía previsto ratificar ayer un acuerdo adoptado por la Entidad Local Menor de Arcos da Condesa en julio del 2000 para dar el nombre de Loloya de Palacio (Madrid, 1950) a la plaza pública del lugar de Badoucos. La ex ministra de Agricultura y actual presidenta del consejo de Política Exterior del PP recordó ayer -por teléfono mientras viajaba en coche- su visita del 24 de abril de 1999 al taller de los Hermanos Ocampo. -¿Tenía constancia del acuerdo adoptado? -Sí. Fue un acuerdo tomado por la Entidad Local en el 2000 que, por una serie de circunstancias, se quedó ahí. -Después de cinco años, ¿qué recuerda de su visita para amadrinar una de las cuatro campanas de la Almudena? -Ver cómo se funde una campana siguiendo una tradición de ochocientos años es algo mágico y único, que yo recomiendo. Recuerdo todos los detalles de ese día en el taller de Enrique López y de Josefa, su mujer. -¿Cómo se sumó a aquel proyecto de un grupo de gallegos residentes en Madrid? -Por mi vinculación con la ría de Arousa, un lugar muy querido al que voy desde niña. A través de Ricardo Ríos y de José Antonio, el cura de Carril, me ofrecieron amadrinar la cuarta campana, la de Nuestra Señora de la Flor de Lys. Era la más pequeña de las cuatro y la de sonido menos grave o más femenino. -¿Alguna anécdota confensable? -No. Recuerdo los pasos del proceso de fundición y aquella atmósfera llena de humo. Estábamos casi a oscuras porque sólo había dos puntos de luz, la puerta y un ventanuco. Enrique (López) rezó una especie de plegaria para estas ocasiones. Fue algo absolutamente mágico. -Todavía no hay fecha para la inauguración de la plaza. ¿Volverá a Arcos? -Si mi agenda me lo permite, haré todo lo posible. -¿Veraneará este agosto en Galicia? -Sí, iré quince días.