Padre e hijo son seguidores incondicionales del Atlético de Madrid, que en este final de temporada les dio la alegría del triunfo en la Europa League
23 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Están en franca minoría con respecto a otros clubes, pero los hinchas del Atlético de Madrid son muy fieles. Y esa fidelidad se tiene a las duras, y a las maduras. Este año tocan maduras, después del triunfo alcanzado por el club en la primera edición de la Europe League, la antigua Copa de la Uefa, y quedarse a las puertas de la Copa del Rey. «Fue una pena no hacer doblete -dice Ramón Pereira-, especialmente porque jugamos bien ante el Sevilla». Sin embargo, en la liga las alegrías no fueron muchas, pero «como estamos acostumbrados a sufrir, pues ya no tenemos mayor problema».
Padre e hijo son hinchas colchoneros y disfrutan los triunfos. Otro hijo es del Real Madrid. «Se fue a lo fácil», dice el progenitor mientras que Roi, eufórico comenta que «este año anda fastidiado porque por un año el Atlético gana más copas que el Madrid y le damos caña a reventar».
La afición de Ramón comenzó, nunca mejor dijo, por los colores del club. «De chaval tenía un amigo en el colegio que llevaba una camiseta del Atlético de Madrid y como me gustaba mucho, me hice seguidor del club y hasta ahora». Su hijo también se hizo hincha colchonero de niño. «Fue un día que estábamos viendo en casa un partido entre el Atlético y el Real Madrid. Acabó ganando el Madrid y mi hermano se empezó a burlar de mi padre. Lo vi muy fastidiado y ahí comenzó mi afición colchonera. Tendría unos 7 u 8 años».
Ambos coinciden en que «pertenecer al Atlético es diferente a todo, es una religión». Y Ramón sentencia: «El escudo se lleva por dentro de la piel, no por fuera».
Suelen ver los partidos importantes en el bar Pasaje, en la calle Soportales, en donde se reúnen los colchoneros de la ciudad ataviados con camisetas, banderas y bufandas. Y si los socios del club animan en el campo sin parar al equipo de sus amores, en el bar tampoco cesan los cánticos. «La gente anima, grita y se pasa la hora y media del partido cantando».
Allí celebraron, en compañía, el título europeo después de tantos años de sequía, y allí soñaron con el doblete que al final no pudo ser.
Y es que los seguidores del equipo lo son a muerte, aún en los peores momentos, a los que están más que acostumbrados. «Se me pusieron los pelos de punta -dice Ramón- en la final de la Copa del Rey, todo el Nou Camp cantando el himno del club cuando habían perdido. Fue algo emocionante aunque yo lo viví, a menor escala, en alguno de los partidos que pude ver en directo en el Vicente Calderón». Al campo del Manzanares, concretamente a la sala de trofeos, también acudió Roi. Y ambos vieron su equipo ante el Celta, en Vigo, «en una eliminatoria de Copa que le ganamos», apuntan.
Entre sus jugadores favoritos, Ramón apuesta por Forlán y después, el Kun Agüero, mientras que su hijo prefiere a De Gea. «Hasta hace poco era el Kun porque es un jugador distinto, con mucha magia. Pero ahora, ver a un chavalito como De Gea que mama del Atlético de Madrid desde pequeño y llega a esta categoría, me hace más ilusión». En esa visión influye, sin duda, su dedicación como entrenador de baloncesto, deporte al que jugó. «Pienso que lo más importante es la cantera, ir trabajando con chavales poco a poco... Se lo que cuesta llegar arriba y le doy mucho mérito. Es mucho más difícil hacer jugadores que tirar de talonario y pagar 300 millones por traerlos». También guardan un grato recuerdo de Fernando Torres, «a cuyo equipo, el Liverpool, eliminamos. El estaba en la grada y yo creo que hasta quería cantar los goles del Atlético. Pienso que sigue siendo colchonero».
Y en el recuerdo, otros muchos como Gárate, Luiz Pereira o Juninho, pero también Kiko, Simeone, Santi y otros muchos que ya son leyendas de un club que ahora vive un momento de gloria.