Tras su derrota en Vilagarcía hay quien piensa que los apoyos podrían agrietarse
22 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El noveno congreso local del PP de Vilagarcía supuso la primera derrota en la exitosa trayectoria política de Rafael Louzán. Con las premuras de los primeros momentos, se han aventurado muchas cosas en la semana transcurrida desde la celebración del cónclave, y bastantes de ellas tienen al presidente provincial de los conservadores como motivo de especulación. ¿Existe una contestación interna al de Ribadumia? ¿Podría estar en juego su dominio sobre la formación de la gaviota? ¿Qué va a pasar con la Diputación de Pontevedra a partir de las elecciones municipales del próximo año? Estas son preguntas que rondan los corrillos políticos de la provincia y, dado el preeminente papel que el ribadumiense ha desempeñado en el concierto autonómico, también en Galicia.
No es la primera vez que Louzán se enfrenta a una situación complicada, y de todas ha salido airoso.
La primera encrucijada se produjo en el 2001, cuando la caída de Nené Barral, entonces alcalde de Ribadumia, estuvo a punto de arrastrarlo. Pero superó el trago. Dos años después, el propio Barral y sus independientes ganaban por apenas dos votos las elecciones municipales en el municipio arousano, poniendo al mandatario provincial contra las cuerdas. La reacción, sin embargo, fue inmediata y a través de un recurso judicial varios sufragios fueron invalidados, devolviendo al PP la condición de fuerza más votada y con ella, la alcaldía.
En el 2007, los conservadores a punto estuvieron de perder la Diputación. Un puñado de votos, pero sobre todo el estirón de Corina Porro en Vigo, mantuvieron el sillón provincial a salvo para la gaviota. Y el ribadumiense no tuvo problemas para mantenerse en el cargo.
Su labor a favor de su candidatura tuvo mucho que ver en el ascenso de Núñez Feijoo a la presidencia del PPdeG, y la Diputación funcionó como una especie de farol mantuvo viva la esperanza del retorno al poder durante la travesía del 2005 al 2009.
Nadie puede asegurar hoy que la posición preeminente de Louzán sea contestada desde dentro, aunque lo ocurrido en Vilagarcía aporta indicios de que no todo está tan claro y seguro como pudo hacer ver el último congreso provincial, en el que la suya fue la única candidatura. Da que pensar un hipotético escenario en el que el PP de Vilagarcía o Sanxenxo obtenga un buen resultado, si finalmente triunfa la corriente enfrentada al presidente.