Medio siglo de vida bien vale una fiesta. Conscientes de ello, los responsables de Pescamar organizaron ayer una por todo lo alto en Poio, donde se ubican las instalaciones centrales de la conservera que Alfonso García López fundó en el año 1961. Más de mil personas, entre vecinos, empleados y autoridades, participaron en el acto central para conmemorar el cincuenta aniversario de la empresa, que puso fin a una intensa semana de celebraciones en la que la compañía presentó varios patrocinios a entidades deportivas y sociales. El fin último de cada una de estas acciones no era otro que devolver algo de cariño a todas las personas que, de una manera u otra, han ayudado a construir una firma que hoy factura 50 millones de euros y está presente en un total de 35 países.
El evento tuvo dos partes bien diferenciadas. Poco después de las nueve de la noche arrancó una cena cóctel en una carpa anexa a las instalaciones de Pescamar, en la que tomaron parte casi medio millar de comensales. En un recinto elegantemente dispuesto para la ocasión, los conselleiros Alfonso Rueda Valenzuela (Presidencia) y Rosa Quintana (Mar) asistieron al convite y escucharon primero el emotivo discurso que pronunció Milagros Olga Pérez, Santos administradora de la firma y esposa de su fundador; y luego los de la diputada y candidata del PP al Congreso Ana Pastor Julián, así como el del alcalde de Poio, Luciano Sobral, quien ensalzó la importancia de la compañía ante un auditorio plagado de autoridades, profesionales de prestigio, clientes y empleados de Pescamar y le impuso en el acto la insignia de oro de Poio a Milagros Pérez. Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, se dirigió a los presentes en un vídeo debido a la imposibilidad de asistir por compromisos institucionales. También se emitió una grabación que narraba la peripecia empresarial de Alfonso García López. Desde los tiempos en las instalaciones del barrio pontevedrés de O Burgo hasta nuestros días. La directora general de Pescamar, Guadalupe Murillo, explicó que el objetivo del evento era «devolver de alguna forma a nuestro entorno algo de lo que nos dan».
La segunda fase de la gala hizo las delicias de los asistentes a la cena y de otro medio millar de vecinos del municipio de Poio y de los alrededores que se incorporaron a los conciertos de Tamara, Cartas a Julieta y David Civera. Los artistas fueron desfilando por el escenario del pabellón deportivo de A Seca a partir de las once de la noche y pudieron comprobar de primera mano algo que por otra parte ya sabían: «Que el público gallego es entrañable, cercano y muy sincero», en palabras del cantante David Civera. Los artistas interpretaron buena parte de los éxitos de su repertorio y prolongaron la gala hasta bien entrada la madrugada con el apoyo de un DJ. En definitiva, un gran festejo para una gran celebración. ¡Felicidades y a por otros cincuenta!