Dos estilos que arrasan en las redes sociales

marina santaló VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

martina miser

Dos amigas de Cambados alían sus talentos en un blog de moda que supera el millar de visitas diarias

16 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Serantes y Ángela Lago no jugaban a vestirse con la ropa de sus madres. El interés por los «trapitos» de estas cambadesas que hoy arrasan en Internet con su blog Coco Smile surgió, más bien, tarde. «Era de las que compraba un pantalón cuando se me rompía y necesitaba otro», cuenta Marta. Una afición que fue despertando con el paso del tiempo y que las llevó en 2013 a crear un blog que tiene, actualmente, alrededor de 1.000 visitas diarias. Una cifra que se ve incrementada en sus respectivos Instagrams, su red social «por excelencia», donde Marta, que cumple ahora 25 años, cuenta con 26.300 seguidores, y Ángela, de 23, tiene 15.900. Unas cifras que se disparan si volvemos a esos comienzos en los que Ángela animó a su amiga a inmortalizar sus modelitos y compartirlos en las redes sociales. «Teníamos todo el tiempo del mundo y decidimos probar», cuentan.

La evolución fue rápida. De una única publicación compartida a la semana pasaron a actualizar dos veces cada una. «Es importante ser constante», asegura Marta. Para evitar problemas, establecieron un calendario que cumplen a rajatabla: Marta sube sus fotos los lunes y miércoles por la noche y Ángela hace lo propio los martes y domingos. Una pauta que solo rompen para hacer una quinta publicación algunos viernes. «Por mucho que tengamos que hacer, sacamos el tiempo de debajo de las piedras», asegura Ángela. A veces les supone un esfuerzo, otras superar la pereza pero tienen claro que si se han comprometido con el blog tienen que cumplir con los tiempos marcados. Aunque normalmente se fotografían con la ropa que se ponen el fin de semana, Marta explica que «en época de exámenes, puedo hacer antes fotos para tres o cuatro actualizaciones». Unas sesiones que corren a cargo de sus novios o de la hermana de Ángela.

Aunque ambas tienen claro que quieren llegar con el blog lo más lejos posible, afirman que solo comenzaron con un hobby. «Nunca pensé que llegaríamos a ir a eventos», cuenta Marta. Un éxito que las animó a apostar por ropa más atrevida. En este sentido, explican que ser blogger en Cambados no es lo mismo que serlo en Madrid. «Si te sales de la línea, es más fácil que te miren o que comenten sobre tu vestuario. Como en cualquier ámbito, los sitios pequeños pueden dar más que hablar», cuentan. Un peso que puede verse incrementado en las redes sociales pero afirman que «a pesar de que hay gente que critica por tonterías, no podemos quejarnos».

Abren el debate de si la moda es o no superficial y de si hay que aceptar todas las propuestas de las marcas. «Es cierto que hay algunas incongruencias. Por ejemplo, si cuelgas una foto con una prenda o un bolso de marca tienden a subir las visitas», explican. Algo que puede chocar con el seguimiento como fuente de inspiración. Cuando les ofrecen vestuario, su apuesta es ser fieles a sus gustos y aceptar solo aquello que saben que van a utilizar. «Al principio te pones todo porque te hace mucha ilusión que te lo pidan pero ahora solo cogemos la ropa con la que nos sentimos cómodas», coinciden. Marta, con un bolso de Parfois, y Ángela, con uno de Primark, tienen claro que cada uno compra en función de sus posibilidades pero que no les quita el sueño tener calzado tan codiciado por otras bloggers como los Manolo Blahnik.

Aunque Marta está aprovechando el verano para hacer un curso de iniciación a la fotografía que le servirá para poder sacar partido a su cámara fotográfica y aprender a controlar una luz «tan necesaria, a veces, en Galicia», tiene claro que su objetivo es la psicología asistida con animales. Diplomada en magisterio, está terminando psicología en la UNED. De cara al fututo, «me gustaría mostrar mi punto de vista de la moda pero, si en este momento tuviera que elegir, mi camino es el otro», asegura. Por su parte, Ángela es dependienta en una tienda de complementos y, aunque el blog lo ve como un entretenimiento, se plantea estudiar diseño de moda. Le sacan rentabilidad pero, fundamentalmente, en forma de ropa.

De este hobby al que le dedica cada una alrededor de cinco horas semanales, se quedan con todo lo aprendido (desde moda hasta programación) y con la gente que están conociendo. Los ciberamigos. «Hay competitividad pero mucho más compañerismo», concluye Marta.

De las fotos que suben a la red se encargan sus novios o la hermana de una de ellas