La investigación policial apunta ahora al panteón de la familia Araújo en Pontevedra

Alfredo López Penide
López Penide REDACCION

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Se encuentra a menos de 50 metros de la casa registrada estos días

22 feb 2018 . Actualizado a las 22:38 h.

La investigación policial en torno a la desaparición de Sonia Iglesias apunta ahora al panteón de la familia Araújo en el cementerio de San Mauro, que dista a menos de 50 metros de la casa registrada estos días en Pontevedra. La jueza no ha autorizado, por ahora, exhumación alguna.

Por otra parte la policía ha registrado ayer un coche de la pareja de David Araújo depositado en un taller de Vilalonga, en Sanxenxo. 

El caso de Sonia Iglesias, que desapareció hace ocho años, dio ayer su segundo giro en menos de 48 horas.  Si el martes Pontevedra amanecía con la noticia de que la causa judicial archivada provisionalmente hace casi tres años había sido reabierta con unas diligencias declaradas secretas, ayer se acostaba con la imputación de Julio Araújo -quien había sido pareja de la pontevedresa y padre de su hijo, de 16 años- y de su hermano.

En ambos casos están considerados policialmente como investigados no detenidos. En el caso del primero fue su abogado, Jesús Santaló, quien confirmó que «pola acta de lectura de dereitos impútaselle un delito de homicidio neste momento», al tiempo que precisó que es en este trámite en el que, «á parte de informar dos dereitos que ten [el investigado], hai que informar sobre os feitos que se están investigando e a tipificación posible. Todo é provisional». Entre julio del 2012 y abril del 2015 Julio estuvo imputado en relación con este caso por un delito de detención ilegal, algo que recordó su representante legal.

En el caso de su hermano David, aunque todo parece indicar que también se le investiga por un supuesto cargo de homicidio, sus allegados subrayaron a última hora de ayer que «no le concretaron los hechos por los que se le investiga», circunstancia que los ha dejado «estupefactos».

Desde el TSXG se limitaron a reseñar que, a nivel judicial, además de reabrir la causa y declararla secreta, lo único que se ha autorizado son los registros que, entre el martes y el miércoles, se desarrollaron en la vivienda de Mourente vinculada con Julio Araújo y su familia. Por su parte, el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, dejó claro que las posibles imputaciones que puede realizar la Policía Nacional «no son un concepto jurídico. La única imputación que existe es la judicial». Y esta solo se producirá una vez se les tome declaración a los dos hermanos en sede judicial, una comparecencia para la que aún no hay fecha: «No hay prevista ninguna declaración», añadieron desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Tanto Julio como David Araújo siguieron ayer la misma estrategia en su paso por comisaría, la de guardar silencio. Jesús Santaló confirmó que, por su consejo, su cliente «acolleuse ao seu dereito a non declarar», toda vez que «as dilixencias están [declaradas] secretas» y no se conoce su contenido, por lo que optaron «por non facer ningún tipo de manifestación».