El plan que fijó el avance urbanístico de Sanxenxo cumple sesenta años

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Buena parte del entramado de calles del actual centro urbano se previó en 1959

05 oct 2019 . Actualizado a las 21:17 h.

El «Plano Reformado de Ordenación y Ensanche de la Villa de Sangenjo», un instrumento urbanístico que definió el desarrollo de Sanxenxo de una pequeña villa a sentar las bases de lo que hoy es la capital turística de las Rías Baixas, cumplió sesenta años. Este documento lo aprobó el pleno de la corporación el 24 de septiembre de 1959 y con él Sanxenxo se situó como uno de los pioneros de la comarca en cuanto a definir su futuro urbanismo. Sesenta años después, el grueso del tejido de calles y avenidas que preveía aquel documento urbanístico todavía se mantiene.

En 1959 Sanxenxo era una pequeña localidad, que se concentraba en las pequeñas calles que forman el entorno de la iglesia, el puerto y el ayuntamiento. Parte de esas calles son claramente reconocibles hoy en día y aún retienen su nomenclatura como Progreso -en gran parte sin edificar, sobre todo el lado norte-, Carlos Casas, Consistorio, Augusto González Besada, Ourense, A Coruña, Vigo, Iglesia y San Isidro, por citar algunas. La avenida Luis Rocafort está ya en servicio, pero no tiene nombre. Otras se definen en base a números, pendientes de su apertura y consolidación para poder tener un nombre propio.

El actual paseo de Silgar estaba casi vacío de edificaciones, salvo una primera línea donde destacaban una sucesión de chalés. Así que aquel plan de ensanche contempló precisamente ese objetivo: marcar las líneas maestras de las calles y avenidas de la localidad del futuro, entre las huertas, árboles y descampados de aquellos tiempos.

Aquel plano reconocía tres áreas destacadas: casco urbano, normal del ensanche, ciudad jardín y verde. La gran superficie redonda con un gran espacio céntrico y bloques de viviendas alrededor es la única parte de aquel plan de urbanismo primitivo que nunca llegó a ser realidad. El resto se cumplió con un alto grado de fiabilidad.

De aquel Sanxenxo de hace sesenta años llaman la atención algunas referencias arquitectónicas que en la actualidad no existen. Una inmensa zona sin edificar se extendía contigua al pazo de los Patiño, el inmueble del mercado se encontraba en el puerto, donde también estaba la fábrica de jabón. El cuartel de la Guardia Civil estaba en Progreso y había oficinas separadas para Correos y Telégrafos. Asimismo, el cementerio viejo todavía ocupaba lo que ahora es el parque de A Panadeira y el tramo urbanizado de la calle Madrid era muy pequeño. En pocas décadas, todo iba a cambiar.