El polígono de O Campiño se convierte en zona cero de la huelga del transporte

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Miembros de un piquete en el polígono de O Campiño, en Pontevedra.
Miembros de un piquete en el polígono de O Campiño, en Pontevedra. Ramón Leiro

Encontronazo en Lourido al enfrentarse un empresario y los huelguistas

17 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Sobre las diez de la mañana de ayer, si uno visitaba los polígonos industriales de Barro, de Sequeiros o de O Vao tenía la sensación de que la repercusión de la huelga del transporte, si bien era clara y notoria, no paralizaba por completo la actividad en estos parques. Tanto en unos como en otros había camiones y furgonetas trabajando, aunque fuesen muchas menos que en una jornada normal. Sin embargo, a esa misma hora, el escenario era completamente distinto en el parque empresarial de O Campiño, la mayor referencia industrial de Pontevedra. «Aquí no se mueve nada», señalaba un empresario mirando por la ventana de su nave. Y llevaba la razón: el parque quedó totalmente parado.

Los huelguistas dicen que se están centrando en O Campiño por varias razones. Para empezar, porque en este parque el movimiento de camiones suele ser muy grande. Y, para seguir, porque allí hay una zona de aparcamiento enorme donde los transportes a los que no dejan mover pueden quedar parados «sen causar molestias», algo que no ocurre en otros lados. Así que, durante buena parte de la mañana, allí se apostó un piquete formado por unas treinta personas, que solamente dejó pasar a vehículos que iban cargados con medicamentos o similares. De las demás empresas, como por ejemplo del almacén central de Cash Galicia, no salían ni entraban camiones. Como tampoco de Harinas Reyes ni de ninguna otra firma del parque industrial.

Tras haberlos parado el piquete, los camiones se iban acumulando en el párking y sus conductores se resignaban a esperar o, incluso, a que los viniesen a recoger y dejar allí los transportes. Había recelo porque si los vehículos acababan con las ruedas pinchadas. Algunos de los chóferes habían llegado desde Portugal o desde distintos puntos de España hasta O Campiño.

A media mañana, parte del piquete, que al menos en las primeras horas de la mañana pudo actuar libremente en O Campiño sin que la Guardia Civil hiciese acto de presencia, decidió desplazarse hasta Lourido (Poio) con el objetivo de bloquear la entrada y salida de camiones de la nave logística de Froiz. Ahí, las cosas fueron bien distintas.

Al principio, los piquetes lograron parar a algún camión que iba para el almacén de la cadena alimenticia. Al poco tiempo de estar allí apostados, en medio de la carretera, pasó un todoterreno de la Guardia Civil (Seprona), que no llegó a parar. Luego, entró en escena un camión de la empresa de transportes Trabegóns, que también iba a trabajar a Froiz. Al volante iba su dueño, que acabó a golpes con los huelguistas tras bajarse del vehículo, porque estaba convencido de que mientras unos huelguistas le entretenían hablando otros iban a pincharle las ruedas. La algarada se fue calmando y, a los pocos minutos, llegó la Guardia Civil. El piquete se diluyó entonces rápidamente sin que hiciese falta que interviniesen los agentes.

Hoy es la cuarta jornada de paro. Habrá que ver si la afectación continúa subiendo.

Un convoy de 26 camiones viaja escoltado de Marín a Silleda 

Coches patrulla de la Guardia Civil escoltaron ayer hasta una fábrica de Silleda un convoy de 26 camiones cargados de cereal desde el puerto de Marín. Se trata del volumen más grande transportado por carretera con punto de salida de la rada marítima desde que el lunes se declaró la movilización de los camioneros. Fuentes de Nogar explicaron que los camiones de grano salieron a primera hora de este miércoles por la mañana con destino a una fábrica que transforma el cereal que llega al puerto marinense en piensos que después se destinan a las granjas gallegas. Desde la factoría aludida, Nudesa, confirmaron la llegada del convoy sin ningún altercado y explicaron que la carga recibida en la fábrica les permitirá atender la demanda de un día.

«Preocupación» en Ence

El convoy a la comarca del Deza fue el único servicio de camiones que salió de la terminal de grano de Marín en esta jornada de miércoles. Desde Nogar señalaron que el resto de la actividad de esta terminal y de las otras que operan en el puerto está suspendida, pendientes de ver cómo evoluciona la situación. En este sentido, en la ría de Pontevedra también está fondeado un mercante, a la espera de que se pueda proceder a la carga de pasta de papel procedente de Ence. Desde la compañía de Lourizán, manifestaron hoy que «los paros del transporte están teniendo incidencia en la actividad de nuestras biofábricas [Pontevedra y Navia]». Por esta razón, «desde Ence estamos preocupados por las consecuencias que estos paros pueden tener en el conjunto de la industria si no se encuentra una pronta y adecuada solución a esta situación». Ence es una de las principales industrias de la comarca y todos los días recibe un elevadísimo número de camiones, que ahora mismo se ha reducido a la mínima expresión. El transporte de madera a la fábrica de Lourizán se hace por camión y este es el mismo método que se utiliza para llevar la pasta de papel ya procesada al puerto de Marín para su carga en los barcos que recalan en la terminal cubierta.

Por su parte, en las plazas de abastos y en las lonjas de la comarca, no se detectan serios problemas de abastecimiento. En los mercados, solo se destaca que el producto que viene en camiones de otros destinos es el que ahora mismo no llega, pero toda la gama de pescados y mariscos de las Rías Baixas se puede encontrar sin dificultad en la rulas y en los mercados.