La viguesa que susurra a los perros: «No suben al sofá para dominarte»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Veterinaria y etóloga, se ha especializado en las emociones de los animales; asegura que el modelo de educación canina que nos han enseñado en la tele está «obsoleto»

30 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cuántas veces los dueños de perros han deseado que su mascota pudiese hablar para conseguir entenderla? A Xiana Costas (Vigo, 1987) no le hace falta. Esta etóloga (estudiosa del comportamiento animal) sabe interpretar los gestos, los sonidos y hasta los silencios de perros y gatos a los que atiende como veterinaria especializada en comportamiento animal. Sabe lo que significa que un perro pliegue las orejas hacia atrás, que se lama el hocico, o que gire la cabeza. El suyo es un conocimiento adquirido con los años, la formación y la experiencia que le permite abordar casos complejos que llegan a su consulta de problemas de comportamiento animal.

Se dice que perros y personas llevan conviviendo más de 30.000 años, desde que los lobos empezaron a arrimarse a quienes les podían suministrar comida. A día de hoy, determinar cuál es la relación más adecuada entre ambos suele ser un tema polémico. «El tipo de relación entre un perro y su tutor es parecida a la de un niño con su progenitor, no es una relación de dominancia». Asegura que hay estudios que demuestran que a los perros, cuando les habla su tutor, se le activa la misma parte de cerebro que a los niños cuando les hablan sus padres. «Niños y perros no tienen las mismas necesidades ni se comunican igual pero tenemos que tratar a los animales como seres que sienten, con emociones que hay que saber interpretar. La relación con el perro debe ser de respeto, hay que acabar con los referentes que hay en los medios, que hablan de dominar, de mandar sobre él. Porque un perro camine delante de ti, o se suba al sofá o a la cama no está intentando dominarte».

Asegura que son teorías obsoletas que se basan en estudios que han quedado caducos y que aplicar estos métodos puede llegar a ser contraproducente en algunos animales y causarles problemas de conducta. «Hay que saber entender lo que nos están diciendo. A veces se comportan mal y creemos que están mal educados. Quizás el perro se comporta de esa manera porque hay una necesidad que no se le está cubriendo. Hay que identificarlo antes de que lleguen los comportamientos inadecuados».

En una sociedad en la que hay más perros en los hogares que niños censados, los etólogos se están poniendo de moda. Los perros son uno más de la familia, y ya no basta con alimentarlos y cuidar de su salud física, cada vez más expertos hablan ya de salud mental en las mascotas. «Los perros están tristes, tienen miedo, a veces necesitan más espacio o están incómodos. Cuando un perro se lame el hocico, pone las orejas para atrás, gira la cabeza o gruñe está pidiendo espacio. Si le reñimos puede escalar en ese proceso y llegar a morder. Hay niños que interpretan como una sonrisa que el perro enseñe los dientes, y esto da lugar a accidentes».

La experta insiste en que cada perro o gato tiene su propio temperamento. Influye mucho, según explica, la raza o la edad, incluso puede haber comportamientos inadecuados en los animales que estén reforzados por errores de los cuidadores. «Me encuentro muchos perros en consulta que son agresivos pero que en realidad tienen mucho miedo. Y esa agresividad es la manera que han encontrado para evitar lo que le da miedo. Es porque se ha ignorado el mensaje previo». Ante los casos más difíciles, Xiana Costas investiga el entorno, se entrevista con varios miembros de la familia e incluso puede llegar a pedir pruebas médicas para descartar una agresividad derivada del dolor físico. «A veces llegamos tarde, no siempre hay solución. Cuando la seguridad de las personas está implicada hay que tomar decisiones difíciles que pueden pasar por reubicar al animal o separaciones físicas, sobre todo cuando hay niños. Son procesos que pueden durar meses. Pero también hay casos que van muy bien».

Una ayudante de cuatro patas

Costas viaja por Galicia a diario. Desde Vigo trabaja a domicilio allí donde hay un perro con problemas que necesita de asistencia profesional. En muchos de esos viajes se lleva a su perra Sookie. «Es muy buena, la recogí de una protectora cuando estudiaba cuarto de Veterinaria. La habían abandonado en un saco con su hermano. Es una perra muy fácil de llevar e incluso me ayuda en consulta, para intervenir con perros miedosos en los que hay que crear un ambiente controlado».

Es una amante de los animales desde niña y siempre ha tenido mascotas, pero no le gusta idealizar lo que supone tener un perro. «Convivir con animales es muy positivo, ayuda a combatir la soledad y a ser más activo, pero requiere un esfuerzo. Es un compromiso a largo plazo y supone una inversión económica». Y zanja: «No todo el mundo sirve para tener un perro».

«¿Qué tal si me adoptas?», de Conchita, Rozalén y Pitingo con otros artistas. «Yo suelo escuchar metal pero he elegido esta canción porque tiene una letra muy bonita. El abandono se combate con la concienciación. Tener un perro es una decisión que hay que meditar bien, sabiendo lo que implica».