Julia Acevedo, de Mexicanos en Galicia: «Hay gallegos poniendo el altar de muertos con nosotros. Es emotivo»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA /LA VOZ

PONTEVEDRA

Julia Acevedo, en el altar que Mexicanos en Galicia hizo en Vigo y que se puede visitar
Julia Acevedo, en el altar que Mexicanos en Galicia hizo en Vigo y que se puede visitar Oscar Vázquez

La soledad hizo que Julia comenzase a reunir a sus paisanos en las tierras gallegas. Fue todo un éxito y hoy viven uno de sus días grandes

31 oct 2022 . Actualizado a las 11:10 h.

Cuentan muchas veces músicos gallegos reconocidos, como los antiguos componentes de Los Tamara, que en aquellos años en los que miles de paisanos emigraban primero a Latinoamérica y luego a Suiza o Inglaterra, cuando ellos llegaban allí y hacían sonar su A Santiago voy la gente lloraba y reía a la vez. Les trataban como a héroes porque, con sus melodías gallegas, les ayudaban a estar un poco más cerca de la tierra querida que habían dejado atrás; les permitían sacudir la morriña. Tenemos muchas historias como esas de vuelta en Galicia. Ahora son ciudadanos de muchos países los que, para calmar su añoranza, se reúnen e intentan que la llama de su cultura prenda aquí. Es el caso de un colectivo llamado Mexicanos en Galicia, que está a punto de vivir una de sus fechas claves, el Día de Muertos. Julia Acevedo (México, 1980), portavoz de este grupo de mexicanos residentes en las cuatro esquinas de Galicia, pero sobre todo en la provincia de Pontevedra, cuenta su historia, la personal y la del grupo, mientras le da los últimos retoques al altar de muertos que han preparado en la ciudad de Vigo.

Julia es natural de Guadalajara, la capital del estado mexicano de Jalisco. Fue joven cuando el siglo XX daba ya los últimos suspiros y gente de medio mundo descubría que podía conocerse a través de aquel invento llamado Internet. Chateando se enamoró de un gallego y, tras ir él a visitarla a su país, ella le correspondió viniendo a vivir a las Rías Baixas. Pasó el tiempo, tuvo a su mayor tesoro, su hijo, y se le rompió el amor. Fue entonces cuando se dio cuenta de la soledad que sentía. Tenía a gente que la quería, pero el sentimiento de morriña la invadía por los cuatro costados: «Echaba de menos a mi gente, a mi país y la comida mexicana... estaba realmente triste entonces».

Empezó a pensar que en Galicia tenía que haber más paisanos en su situación. Así que abrió un grupo de Facebook llamado Mexicanos en Galicia. Y ese fue el motor de todo lo que vino después. Comenzaron primero a acompañarse virtualmente y luego, directamente, a hacer celebraciones relacionadas con su cultura y tradición, como el Grito o el Día de Muertos. Primero se contaban por decenas los mexicanos que acudían, luego por centenares... y en alguna fiesta llegaron casi al millar. Pero Dice Julia que se dieron cuenta de que la unión conseguida no solo servía para festejar. «Notamos que había gente que estaba sufriendo cosas muy duras y que podíamos ayudarles. Sigue habiendo situaciones de mucha discriminación, no falta quien te grite sudaca vete a tu país... y en el grupo intentamos ayudar, insistir en que estamos fuera de nuestra tierra, pero no somos menos que nadie, somos todos iguales», indica. 

Juanita y el abuelo Crescencio

Julia se afana en explicar lo que significa para los mexicanos la ofrenda y todo el ritual que llevan a cabo con motivo del Día de Muertos. En ese sentido, señala que tuvieron suerte con el séptimo arte: «La película Coco nos ayudó muchísimo, dio visibilidad a nuestra cultura y explicó la esencia del Día de Muertos. Yo noto que ahora mucha más gente conoce nuestra tradición aquí en Galicia. Hay gallegos poniendo el altar de muertos con nosotros. Es muy emotivo». Luego, explica que una de las cosas más entrañables de ese altar, en el que se ofrecen agua o alimentos, es que también se incluyen las fotografías de los seres queridos que han fallecido y que uno no quiere olvidar. De hecho, en la película solo mueren del todo aquellos a los que nadie recuerda y no se cuelga su imagen en ningún lugar. Si del altar de Julia depende, nunca se irán de todo ni la tía Juanita ni su abuelo Crescencio, porque todos los años pone sus retratos en el altar. «Mi abuelito era buenísimo y me enseñó muchas cosas y mi tía me llevaba con ella al pueblo», cuenta esta mujer.

El altar de muertos de su colectivo está ya a la vista en el centro cívico de Saiáns de Vigo (en la Baixada á Praia, número 83). Allí, ya desde el viernes y hasta el día 3, puede verse esa colorida ofrenda y, además, hoy mismo, hay una intensa programación con la tradición mexicana como elemento fundamental. Así, a partir de las 18.00 horas habrá un concurso de disfraces, lectura de leyendas a cargo de la Catrina y, por supuesto, música de mariachis.

Julia, por descontado, estará allí sacudiendo su morriña. Le gustaría que acudiesen muchos mexicanos. Pero también gallegos que estuvieron allí emigrados y regresaron. O quienes no conocen México. Dice con una carcajada que a ella le encanta haber incorporado a su lenguaje «carallo» y «filliña» y que ahora toca que su país se conozca mas aquí.