Alicia Estévez: «Ya no recuerdo un día en mi vida sin dolor y ahora esto»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Alicia Estévez Loveira, el pasado 30 de noviembre, ante la sede la unidad médica del INSS en Pontevedra
Alicia Estévez Loveira, el pasado 30 de noviembre, ante la sede la unidad médica del INSS en Pontevedra CEDIDA

Cuestiona un informe de un inspector del INSS de Pontevedra, determinante para darle el alta médica

04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Abruma leer su historial médico. Es lo que aporta y esgrime Alicia Estévez Loveira, vecina de Bueu de 52 años, para denunciar públicamente su caso. Su salud empezó a torcerse hace diez años cuando, en el 2012, le diagnosticaron fibromialgia, una enfermedad crónica que causa dolores generalizados. Aprendió a vivir con ese malestar y se mantuvo activa en su trabajo como directora de administración en una empresa de Vigo hasta que su médica de familia le dio la baja laboral el 19 de agosto del 2021.

Previamente, en el 2018 la Xunta le había reconocido un grado de discapacidad del 47 % al presentar una limitación funcional de columna y una discapacidad del sistema osteoarticular. La de agosto del 2019 fue su primera baja. Alicia explica que «como tenía tantas patologías la doctora de cabecera me la dio en principio por ciática y luego pasó a fibromialgia». Al cumplir un año de baja y agotar la duración máxima de 365 días de la incapacidad temporal (IT), a Alicia le tocó acudir a la unidad médica de Pontevedra del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

A partir de ahí, cuenta, su ánimo se vino abajo. Según su versión, el médico inspector que la vio le dijo una cosa durante la exploración, pero después puso otra por escrito en su informe del 20 de octubre. Un documento que fue determinante, dice esta mujer, para que le dieran el alta médica. Respecto a sus limitaciones orgánicas y funcionales, el inspector escribió «balances osteoarticulares conservados, sin datos de radiculopatía ni de sinovitis. Presenta sintomatología leve, compatible con el funcionamiento útil». Una conclusión que asumió el equipo de valoración de incapacidades al trasladar su propuesta al director provincial del INSS.

Alicia insiste en que su estado actual no le permite trabajar. Se basa en un reciente informe de un reumatólogo de Povisa y en que fue derivada a la unidad del dolor del Hospital Montecelo, fijándole cita para el 27 de abril del 2023. Una demora para la que ya presentó reclamación en Atención al Paciente. En el informe del reumatólogo se recogen hasta doce dolencias que sufre Alicia. En cuanto al pronóstico, afirma que la patología de la paciente «es de curso crónico e irreversible y se encuentra severamente incapacitada para su trabajo». Además, ha sufrido «una severa recaída de su depresión».

Tras la comunicación del alta médica, Alicia tuvo que coger vacaciones y se reincorporará a su puesto de trabajo el 27 de diciembre. Su caso ya está en manos de un abogado y está decidida a presentar una demanda contra el INSS en la jurisdicción social. Su impotencia y su desesperación tras conocer que no le prorrogaban la baja seis meses la llevó a presentarse en la sede del INSS de Pontevedra el pasado 30 de noviembre. Quería hablar con el inspector, pero no pudo hacerlo. De una cafetería cercana le cedieron una silla y esperó hasta la salida de los trabajadores. Cuenta que le pudo decir unas palabras y que el médico «agachó la cabeza». «Sigo estando mal, no puedo realizar las tareas domésticas, como él puso. Por eso tengo contratada una empleada de hogar tres horas al día para ayudarme, incluso a mí en la ducha y a vestirme», recalca Alicia. Que asegura que ya no recuerda «un día en mi vida sin dolor. Y ahora esto». Este periódico intentó recabar una valoración del INSS sobre el caso, pero desde la unidad médica de Pontevedra declinaron hacer cualquier manifestación sobre la denuncia de Alicia.