«Cuando me llaman por teléfono, yo resucito»: la alegría de los mayores que reciben llamadas de voluntarios que les dan charla

PONTEVEDRA

Cruz Roja contacta periódicamente con 900 personas en las comarcas de Pontevedra y O Salnés, muchas ellas solitarias, para preocuparse por su salud y hacerles compañía
22 ene 2023 . Actualizado a las 15:29 h.A veces no se cumple la frase hecha y una imagen no vale más que mil palabras. Ejemplo de ello es un programa que Cruz Roja tiene en marcha en toda la provincia de Pontevedra llamado Servicio de Proximidad Local, mediante el que los voluntarios llaman a personas mayores para acompañarlas y darles charla un ratito. Ellos no les ven, no son videoconferencias sino llamadas convencionales. Pero saben que tienen a alguien ahí, al otro lado, que con cierta frecuencia, sobre todo cuando llega una ola de calor o frío o hay que cumplir con alguna recomendación como ponerse la vacuna de la gripe, les llaman, les dan consejos o, simplemente, les escuchan. En total, en Pontevedra y O Salnés se atendió con este programa a unos 900 mayores —861 en la comarca de Pontevedra y 40 en O Salnés—. En el conjunto de la provincia los usuarios son un total de 2.100 personas.
Desde Cruz Roja explican que cuentan con un programa informático en el que tienen los datos de estas personas y que va organizando las llamadas para que los voluntarios contacten. Se hace seguimiento, se detectan las necesidades y si se ve algún problema se da parte. La idea es que esas llamadas proporcionen compañía y apoyo. Y que en algún momento se complementen con visitas presenciales. Dice la entidad que es una combinación de la tecnología con la capacidad humana del voluntariado.
«Cuando me llama esa chica yo resucito, me río y me desahogo con ella todo lo que quiero»
Ha pasado casi medio siglo desde que Josefa Férez dejó su Alcantarilla natal (Murcia) por amor a un vilagarciano, con el que se casó y del que enviudó hace unos años. Sin embargo, ella sigue conservando el acento de su tierra: «Es que los murcianos no lo perdemos», confiesa entre risas. La excusa para hablar con ella es que es una de las usuarias del programa de Proximidad Local de Cruz Roja, es decir, de ese servicio que tiene la entidad mediante el que los voluntarios llaman a personas mayores, solitarias o no —Josefa vive con su hija y su yerno— y les dan consejos y conversación. Su voluntaria es Eva. Y Josefa no puede hablar mejor de ella: «Cuando me llama esta chica yo resucito, me río y me desahogo con ella todo lo que quiero. Me pregunta cómo estoy, le cuento los achaques, le hablo de mis nietos... es una maravilla», dice Josefa, que peina los 94 años.
Esta mujer no suele estar sola. Vive con su familia y además, como ella explica, tiene nada menos que cinco hijos, trece nietos y 17 bisnietos. Sin embargo, pese a esa extensísima familia y a lo mucho que le gusta recibir visitas como la del bisnieto Hugo, con el que juega al parchís con frecuencia, a Josefa le hace ilusión que la llamen de Cruz Roja. «Es como tener una amiga, alguien que te llama preocupándose por ti. A mí me encanta y eso que no me gusta hablar por teléfono. Pero con ella sí», dice.
Josefa tiene una memoria importante. Se sabe decenas de canciones y refranes enteros y se acuerda bien de todo lo que trabajó en la vida. Vivió en un molino en A Laxe y ahí trabajaba en la molienda. También fue limpiadora en una farmacia y se vino a vivir al centro de Vilagarcía cuando la salud empezó a resentirse. Se queja del tiempo. Dice que quiere pasear. Y dice bien.