Los nutricionistas de Pontevedra superan las 10.000 consultas en sus primeros seis meses

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Raquel Martínez y David Torres son los nutricionistas del centro de salud Virxe Peregrina de Pontevedra
Raquel Martínez y David Torres son los nutricionistas del centro de salud Virxe Peregrina de Pontevedra SERGIO SUEIRO

Diez profesionales se incorporaron en enero a los centros de salud del área

27 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez nutricionistas se incorporaban el pasado enero a los centros de salud del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. Mejorar la prevención y el seguimiento de patologías crónicas era el objetivo de estos profesionales, que funcionan como una unidad de apoyo nutricional para los equipos de atención primaria. Sus contratos son por un año. Los ambulatorios Virxe Peregrina, A Parda y Lérez, en Pontevedra; Cambados, Combarro (Poio), Marín, Bueu, Caldas de Reis, Baltar (Sanxenxo), O Grove, Vilanova y Vilagarcía son los que cuentan con este servicio que empezó atendiendo a pacientes con obesidad, dislipemia, hipertensión y diabetes.

Tras más de seis meses desde su incorporación, ¿qué datos dejan esas consultas en el área de salud? De entrada, la subdirectora de Prestación Farmacéutica, Nuria Iglesias, apunta que estos profesionales «trabajan coordinados desde el Sergas, pero también a nivel del área». «Tenemos reuniones mensuales todos los integrantes de la unidad para conocer las distintas vías y protocolos que resulten de su interés a nivel hospitalario y también para unificar la manera de trabajar en aquellos temas específicos del área», explica.

Desde enero los nutricionistas han realizado más de 10.000 consultas en el área de Pontevedra y O Salnés, en concreto, 10.450 hasta el pasado mes de julio. De ellas, prácticamente la mitad son sobre consejo dietético, seguimiento y cuidados, 5.029 consultas. La otra mitad corresponden a primeras consultas derivadas de otros profesionales de atención primaria —médicos, matronas, pediatras o enfermería— y actividad comunitaria.

Nuria Iglesias afirma que los datos son «buenos» y que, como era de esperar, han aumentado mes a mes a medida que se iban integrando en los equipos multidisciplinares. «Destacar la importancia que tiene que un 50 % de estas consultas son sobre consejo dietético, seguimiento y cuidados. Esta figura es crucial para intervenir en la prevención o en la mejora de resultados de aquellas patologías asociadas sobre todo a errores nutricionales o susceptibles de mejora con su intervención», subraya la subdirectora de Prestación Farmacéutica.

Desde la dirección también se pone en valor la intervención grupal, más allá de la individual: «La educación grupal ha demostrado ser eficaz en el manejo de pacientes con patología metabólica, optimizando además los recursos, ya que nos permite llegar de una forma más didáctica a un mayor número de personas». Estos profesionales, recalca Nuria Iglesias, están colaborando activamente en todas las actividades comunitarias desarrolladas en sus centros de salud con la población, pero también han liderado iniciativas propias relacionadas con sus competencias. Cita talleres de compras saludables, sesiones en institutos o participación en campamentos de verano. «Aquí es donde nuestros datos despuntan», remacha.

«Gente que no comía brécol, ahora lo come. Que no desayunaba o no tomaba pan integral» 

David Torres y Raquel Martínez son los nutricionistas que trabajan en el centro de salud Virxe Peregrina en Pontevedra. Compartiendo sala con la jefa de servicio, Coro Sánchez, cuentan su experiencia y sus impresiones tras medio año de iniciativa. Raquel explica que la Xunta los contrató por un año con fondos europeos. «Es un proyecto que parte de cero, en pañales, y es una situación nueva. Por los datos la evolución y la acogida está siendo muy buena y esperamos y deseamos, sobre todo nosotros que somos los interesados, que sí se mantenga, pero no se sabe», dice rompiendo el hielo.

David profundiza en esa acogida por parte de pacientes y trabajadores del ambulatorio, que arrancó con desconocimiento hacia una figura que se implantó un poco deprisa por los criterios para las derivaciones y que implicó un rodaje. «Se hicieron reuniones para explicar la figura y temas operativos de cómo derivar y en unos meses las consultas estaban con un índice de disponibilidad muy bueno», apunta el nutricionista. El desarrollo fue gradual y de inicio se dirigía a combatir enfermedades como hipertensión, diabetes u obesidad y después se fue ampliando la cartera en función de la demanda.

Mayores y jóvenes

¿Qué perfil de pacientes atienden hoy en día? David señala que la tendencia es gente mayor, «aunque se ve de todo». «Es una población envejecida y se junta diabetes, patología lipídica, cardíaca... al final es una especie de actuación sobre los hábitos de vida que han provocado esa cronicidad», comenta. Los nutricionistas juegan un papel importante como refuerzo a otros profesionales en gente más joven con trastornos alimentarios.

Raquel aclara que a los pacientes que pasan por la consulta se les hace un seguimiento. En ese papel de los nutricionistas hay una parte de actuación en acción comunitaria. «Podemos y debemos dedicar una parte de nuestra agenda a acciones de tipo comunitarias, ahí tenemos un papel importante en el desarrollo de talleres, no solo consulta individual, sobre etiquetado o compra de alimentos, se han estimulado andainas y la colaboración con la AECC». En pediatría, por ejemplo, hicieron un programa con otros profesionales sobre descanso, alimentación y elaboración de recetas, que van a repetir.

Ambos hacen hincapié en que los mayores sí pueden modificar sus hábitos, aunque necesiten «algo más de tiempo y de apoyo», recalca Raquel. «Hay que vencer la resistencia a salir de su zona de confort. Hay gente que no quiere ir a un gimnasio por su imagen corporal, por lo que hay que ofrecer propuestas sencillas como ir a caminar», dice David. Los problemas articulares son otro condicionante, «pero hay que seguir inventando estrategias y tirar de recursos locales». Han visto cambios de actitud positivos en muchos de sus pacientes. «Gente que no comía brécol ahora lo come, lo mismo con las sardinas o los tomates; que no desayunaba o que no tomaba pan integral».