
El encendido del alumbrado navideño en Pontevedra vuelve a sus fechas habituales mientras el Concello anuncia «una programación renovada»
03 dic 2023 . Actualizado a las 05:05 h.El próximo martes 5 de diciembre se realizará el encendido del alumbrado navideño en la ciudad de Pontevedra. Más o menos en las fechas en que era habitual, en el entorno del puente de la Constitución. Como había ocurrido en los veintitantos años anteriores, salvo en 2022.
La capital de la provincia se caracteriza, tristemente, por ir al ralentí en esta materia. Tarde, con respecto a otros municipios del entorno como Sanxenxo, Marín, Vilagarcía, Caldas y, ¡qué decir con relación a Vigo! Todos ellos nos llevan días, sino semanas de ventaja con sus alumbrados navideños encendidos. Pero al menos este año, la Boa Vila se iluminará once días antes de lo que ocurrió en 2022 cuando el gobierno grinch de Miguel Anxo Fernández Lores retrasó hasta el 16 de diciembre el estreno de la iluminación de Nadal bajo el pretexto de que era «un xesto simbólico a prol da eficiencia enerxética». Como proclama el dicho, las mentiras tienen patas cortas y doce meses después se ha confirmado que aquello de hace 12 meses, fue una milonga como la copa del árbol de navidad que presidirá la Plaza de España. Se pretendió disimular una nefasta gestión. ¡Se contrató el alumbrado navideño el 26 de noviembre! ¡Qué cabía esperar!
Lo llamativo entonces fue que el propio Lores asumiese la sucesión de fallos en cadena que se produjeron entre sus concejales. Particularmente por parte de Carme da Silva, entonces responsable de Fiestas, a quien Lores dio cobertura asumiendo decisiones que ni tomó ni correspondían al alcalde, a costa de comerse las críticas de la oposición y el malestar de las asociaciones patronales del comercio y de la hostelería locales, que lo interpretaron como otra muestra de insensibilidad hacia ellos.
«Darlle una voltiña»
Ahora, doce meses después, el gobierno de Fernández Lores redescubre la Navidad, al tiempo que amortiza a Carme Da Silva, a la que se ha despedido del Concello esta misma semana, una vez que se ha colocado en la Cámara Alta como senadora de designación autonómica por el cupo que le corresponde al BNG.
Un año después, el gabinete municipal nacionalista ha experimentado la misma transformación que el personaje del cuento navideño ¡Cómo el Grinch robó la Navidad! que sirvió de base para la famosa película del año 2000 con Jim Carrey en el papel protagonista. Es decir que Fernández Lores y sus colaboradores han pasado de la negación a la fe del converso. Baste con leer las declaraciones del propio regidor y sus adjuntos, Demetrio Gómez y Anabel Gulías, cuando anunciaban la programación municipal de Nadal. Fue el regidor quien dio el titular de aquel día al proclamar que presentaban una «programación renovada e diferente, despois de darlle una voltiña».
Lo cierto es que el BNG, al contrario que hace con la ubicación del mercadillo ambulante de los sábados que ha vuelto a desterrar a orillas del río, ha decidido concentrar en el kilómetro cero de la ciudad los tres principales reclamos de animación navideña previstos para este año: la pista de hielo, una tirolina y un gran tobogán que se emplazan entre la plaza de España y la Alameda. Y para congraciarse con el comercio local, el Concello anuncia que patinar en la pista será gratuito para quienes muestren un tique de compra de algún establecimiento del municipio.
Sin embargo, no todo son parabienes. El gabinete nacionalista ha decidido eliminar el concurso de escaparates de decoración navideña, en aras a un pretendido «cambio de enfoque». Suena tan a excusa como la supuesta falta de partida económica para haber organizado el certamen Pontedetapas, que tenía que haberse celebrado en noviembre, para desesperación de los establecimientos de hostelería que participaban y tenían unos ingresos extra en un mes malo. En este caso, lo ocurrido sigue el patrón que se ha propuesto el BNG: vengarse de Iván Puentes por su negativa a negociar un gobierno coaligado dinamitando todas aquellas herencias del mandato anterior que le dejó el PSOE.
La aritmética, de fondo
Estas decisiones del gabinete siguen elevando la temperatura de las controversias. Como acredita que el PSOE pontevedrés haya enmarcado la inacción del gobierno Lores en «un clima de indolencia de las concejalías que evidencia una falta de dedicación, trabajo y planificación», según valoró Puentes. Y que el PP ha interpretado como «un síntoma evidente de la debilidad del gobierno municipal en minoría y una nueva demostración del desprecio absoluto de Lores hacia las iniciativas socialistas», según el análisis de Rafa Domínguez.
Y es que la aritmética actual en la corporación marca totalmente la situación y lo que va a devenir en la política municipal. Tenemos por delante el debate del presupuesto para 2024, con hasta una posible moción de confianza a la que podría llegar a exponerse Lores para intentar forzar la aprobación de las cuentas. Y también conflictos como las reclamaciones salariales del personal del Concello o asuntos como la reforma de la Ordenanza de Movilidad que lanza el PP para reabrir al tráfico Reina Victoria, retirando al alcalde y trasladando al pleno las competencias sobre circulación.
Nos encaminamos hacia semanas decisivas para la estabilidad del gobierno municipal, con posibles pinzas de socialistas y populares. El 16-9 que Fernández Lores tanto teme.